Carta 162

1.3K 124 6
                                    

Unos golpes en la espalda me despertaron. Abrí mis ojos y me quede seria. El me miró y me sonrió, beso mi mejilla y se paró para irse a un lado de mi padre.

Limpie mi mejilla y arregle un poco mi cabello.

-Buenos días hija.-dijo mi padre.

-Buenos días papa.

Luke sacó una laptop,más bien, sacó mi laptop de mi mochila y se la entregó a mi padre.

-Se la pedí, no te enojes. El fue muy amable en traerla hasta acá.

Asentí.

Me paré y entré al baño. Lave mi cara y al mirarme al espejo hice caras raros, no sé porque lo hice. Al salir me senté en la camilla junto a Luke y mi padre. Luke era tan experto en joderme la vida, que tan solo con mirarme hacia que mi mundo diera una y más vueltas. El único problema de que el provocara cosas en mi es que... el ama a otra. ¡Eso lo peor que le puede pasar a una persona! Amar, pero no ser amado.

-Y Luke...-mi padre rompió el silencio.-¿Como te va en el amor?

Luke y yo cruzamos miradas.

-Supongo que bien.-contestó sin ganas.

¿¡COMO QUÉ SUPONGO!?

-¿A que te refieres?-le preguntó mi padre.

-Ya tengo novia.

-Wow. Me alegro. Ya era hora.

Mi padre me miro confundido.

-Hera¿no estas feliz por tu amigo?

Mordí mis labios. Obvio que no estaba feliz. Ni el lo estaba, se notaba a kilómetros y galaxias.

-Ella no lo está.-contestó Luke.

-¿Por qué no lo estas Hera?

-En lo más profundo de mi ser lo estoy. ¿Acaso no lo notan?

Ellos empezaron a reír.

-Eres tan graciosa.-mi padre moría de la risa.

Luke sacó su teléfono y me lo entregó. Lo miré confundida. Miré el teléfono y entendí mil y un cosas. Su fondo de pantalla era perfecto. El lucia perfecto. Una sonrisa deslumbrante. Sus ojos reflejaban amor, tan azueles como el día que lo conocí. Pero la foto la arruinaba una chica. Mariela.

En la foto el la tomaba de la cintura.

Pensé que había llorado con todo mi ser, que ya había acabo con todas las lagrimas que un ser humano pudiera tener, pero uno nunca logra vaciar todo... nunca. Las lagrimas nunca se terminaran. Tendríamos que dejar de amar o no conocer el amor, no sufrir. Deberíamos ser felices para nunca llorar.

Le entregue el teléfono y el me sonrió como un descarado.

El hobbie de Lucas Hemmings era el hacerme sufrir.

365 cartas para tiWhere stories live. Discover now