365 cartas para ti

Carta 172

Hay más de 7 millones de personas y yo no tenía ni un amigo. Eso es verdaderamente triste. Toda mi familia está con sus amigos, Hades y Emiliano se encontraron con sus amigos de la infancia, mi abuelo con sus amigos de toda la vida. Mi padre se llevó a Leila y Meliá hizo amigos muy rápido.

Miré dramáticamente por la ventana, estaba lloviendo. Una persona caminaba por la calle tapándose con un paraguas color azul. Este camino hasta mi casa. El timbre sonó. Baje por las escaleras y abrí la puerta. Al ver a Luke me arrepentí.

-Hola-me dijo feliz.- ¿Como estás?

-¿Qué fue lo que te pico?

-El amor-dijo suspirando.- No es verdad, tu padre me dijo que estabas aquí y que viniera hacerte compañía.

-Y tú muy obediente viniste.

El asintió.

-No quiero tu compañía. Así que mejor vete.

-No me iré. Deje a Mariela toda caliente en su cama para poder venir a verte, le robe un paraguas y dinero y tú me corres.

El teléfono de la casa sonó.

-¿Quién habla?-pregunté.

-Hera, ¿ya llegó Luke?-preguntó mi padre.

-Acaba de llegar.

-Bueno, sal con él. Diviértete un poco.

-No quiero salir con él- miré a Luke. El estaba en el sillón, mirándome.

-Es una obligación. Cuando llegue a casa no te quiero ver ahí. Si no sales con él te castigaré. Hablo en serio.- su voz decía que hablaba en serio.

Colgué el teléfono y bufé. Maldita sea.

-Mi padre me obligó a salir contigo. Pero si vamos a salir juntos habrá reglas.

-¿Cuáles?

-No tendremos ningún contacto. No miraras a otras chicas. No coquetearas.

-¿Crees que soy un robot?-me sonrió.

-Bueno, solo deja de ser tan tú mientras salimos ¿ok?

-Está bien, ¿quieres que sea como el bibliotecario?

-Su nombre es Eithan. Nunca podrás ser como él, no le llegas ni a los talones.

-Eso dolió.

Subí a mi cuarto por una chamarra. Baje y nos fuimos. Ya no llovía, pero hacía mucho frío. Caminamos sin un rumbo. Luke miraba el suelo, estaba nervioso. Sacó un sobre de su chamarra y me lo entregó.

-¿Podrías leerla por mi?

Abrí el sobre y saqué la carta.

-"Hace poco tiempo, creí que estaba enamorado. La verdad no sé si lo que siento sea amor, es muy confuso. Solo sé que cuando te veo me dan ganas de tomarte en mis brazos y abrazarte. De besarte hasta que mis labios de desgasten. Sé que soy un idiota. Siempre me lo dices. Por mucho que muela, se que te perdí. Tú estabas a mis pies y yo no hice nada. No hice nada. ¿Por qué mierda no hice nada? No sabes cuánto me arrepiento de no haber hecho nada.-la hoja tenía gotas de sangre.- Estoy enfermo. Tú tienes el derecho de ser feliz, pero yo no quiero que seas feliz sin mí. Arruine tu primera relación. Cuando te vi con el bibliotecario mi cuerpo se llenó de odio..."-Lo miré, él seguía viendo el piso. Me detuve y le entregue la carta.

-Síguela leyendo, por favor.-me rogó.

-¡No!-le grité. Me giré y caminé hacia mi casa.

-Hera, sabes perfectamente que la quieres leer toda.-me detuve.