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[CS]

Capítulo 38 parte 2: ¡Despertaste!

Mi cabeza punzaba dolorosamente cuando me hice consiente, a lo lejos oía la mezcla de muchas voces y las luces que se colaban por mis párpados cerrados no ayudaban con el dolor.

Sentía que me ahogaba con mi propia saliva al estar acostada, por lo que sin abrir los ojos intenté reincorporarme, pero un dolor agudo en la espalda me lo impidió.

Suspiré entreabriendo los ojos intentando acostumbrarme con lo que me rodeaba. Las voces ya no se oían tan intensas y la luz se volvía más tenue; cuando me acostumbré a ellas divisé a mi amiga pelirroja de espaldas.

—¿Prairie?

Después de un segundo intento de reincorporarme pude sentarme de manera correcta en el sillón antes de que ella se abalanzara sobre mí.

—¡Despertaste! ¿Cómo te sientes?

No me permitió contestarle cuando las voces se callaron y pasos aproximándose a nosotros se empezaron a oír.

Avery y Chloe aparecieron con semblantes preocupados. Desvíe la mirada de ellas inspeccionando el lugar y notando el mueble con fotos de todos nosotros y una televisión.

¿Qué hago aquí?

[Cody se jalaba el cabello de manera histérica y de vez en cuando pasaba sus manos por todo el rostro en un intento de dejar de llorar.

—Rory... —lloriqueó Cody—. Owen murió en La Roca.]

—¿Rory? —se arrodilló Chloe para quedar a mi altura—. ¿Estás bien? ¿Quieres ir al doctor? Prairie trae el auto.

—No... —susurré sin saber exactamente si le negaba a mi mente o a ellas.

[No quería decirlo, pero muy, muy, muy en el fondo de mi corazón sabía que nada estaba bien.

—¡Vamos, Owen! No te atrevas a dejarnos. Quédate un poco más.

La desesperación me consumía, mis dientes castañeaban y mi cuerpo entero no podía para de temblar.]

Mi respiración se agitó haciéndome difícil la tarea de respirar.

—¿Estas segura? —insistió la pelirroja con el teléfono en la mano.

Owen no murió. Nos encontraron a tiempo, yo estuve ahí.

[—¡Los encontré! —gritaron muy cerca de nosotros.

Una luz me encandiló al posarse en nosotros de manera inesperada haciendo que mis esperanzas empezaran a aumentar.]

Mi cabeza pesaba y mis ojos se sentían raros, casi podía sentir la sangre pasar por mis venas.

[La ambulancia pasaba con velocidad por toda la ciudad, nos sacudíamos con violencia en cada vuelta. Sin duda también nos saltábamos los semáforos en rojo.

De un momento a otro sentí como baja la velocidad hasta casi detenerse.

—¿Por qué nos detenemos? —preguntó el paramédico que estaba junto con Owen.

El otro paramédico que estaba de copiloto volteó y habló mirándome de reojo.

—Un imbécil que se interpone en nuestro camino —habló con frustración mirando enfrente y oyendo la sirena de la ambulancia incrementar—. Ya nos ha bloqueado el paso 2 veces.

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