21 (pI)

57 4 4
                                    

[CS]

Capítulo 21 parte 1: Gracias por venir.

Estoy completamente segura que Janik y yo nunca habíamos subido tan rápido los tres pisos del edificio donde vivía con los chicos.

Y realmente espero que esta sea la primera y última vez que subo de esta manera y por el motivo que lo hacía.

—¡Ya llegamos! —fue lo primero que gritó el pelinegro al entrar a su hogar.

Al instante, Cody se asomó desde la habitación de Owen con una sonrisa de alivio muy pequeña.

—¡Hola, Rory! —me abrazó el castaño—. ¿Quieres desayunar algo?

—No, gracias —murmuré volviendo mi vista hacia la puerta del rubio.

Desde que presencié su intento de suicido en el lago he temido que me llegara una llamada o un mensaje anunciando la muerte de Owen; y cuando Janik me llamó completamente desesperado con Cody gritando y el ruido de las sirenas de la ambulancia al fondo naturalmente pensé lo peor.

—¿Cómo está...?

Ni siquiera pude terminar la pregunta.

—Durmiendo... Creo.

Voltee a verlos, ambos bostezaban de vez en cuando, apenas y podían mantener los ojos abiertos.

Evitar que su amigo vuelva a intentar suicidarse por la noche sin duda estaba pasando factura con su energía.

—Yo lo cuidaré a partir de ahora. Ustedes vayan a dormir.

—Tengo más hambre que sueño —murmuró el castaño en camino a la cocina.

—Tengo el sueño ligero —avisó Janik yendo a su habitación—. Cualquier cosa nos gritas e iremos.

—No tiene el sueño ligero —habló el castaño comiendo con los ojos cerrados—. ¿Podré comer mientras duermo?

—Solo hay una forma de descubrirlo —me encogí de hombros riendo levemente—. Iré a ver a Owen.

—Okey —murmuró con una cuchara en la boca y los ojos aún cerrados.

Caminé en un ritmo ligero, si es que el rubio estaba durmiendo no quería despertarlo.

Ya enfrente de la puerta dudé si tocar o no, pero un sonido de algo cayéndose me animó a tocar.

Primero un toque casi inaudible, un segundo toque más seguro y al tercer toque abrí la puerta.

—Hola... —saludé asomando la cabeza—. ¿Puedo pasar?

Mi mirada se centró en Owen cubierto hasta la cabeza por cobijas.

—¿Tengo otra opción? —dijo con voz rasposa.

—Puedes decir que no y me iré —comenté abriendo por completo la puerta—. Janik me habló y... Bueno...

Suspiré.

No sé qué decirle.

Y no poder verlo por el montón de cobijas complicaba las cosas.

—¿Sabes?... Estuve pensando estos días y puedes quedarte en la cama, llorando, gritando, incluso rompiendo cosas y tienes todo el derecho del mundo de apagarte si es lo que quieres hacer, pero te quiero demasiado como para dejarte aquí estancado.

Nada. Ni un sonido o movimiento de su parte.

Iba a tomar su silencio de varios minutos como una indirecta para irme, pero un suspiro pesado y el rubio saliendo de entre las cobijas con el cabello completamente revuelto me detuvieron.

TormentaWhere stories live. Discover now