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[CS]

Capítulo 15: No nos abandones.

Owen

Con cada paso vacilante me acercaba más a la orilla del lago, no podía apartar mi vista de él. Había una fuerza magnética que me llevaba hacia el fondo.

Un escalofrió corrió por mi columna vertebral en el momento que el agua fría del lago tocó mi piel, el viento me empujaba por la espalda animándome a seguir mi camino; y para cuando el agua llegó a mis hombros ya casi no sentía el frio calando mis huesos.

Quería morir, quería dejar de sentir la opresión en el pecho cada segundo de mi agonizante vida. Lo deseaba.

Lo necesitaba.

Siguiendo mi deseo me tiré de espaldas hacia el fondo de este conteniendo la respiración, los rayos del sol aún se veían desde abajo del agua y el cabello se pegaba a mí, al igual que mi ropa.

87.

87 era mi número de la suerte; solo necesitaba estar 87 segundos privándome del oxígeno y mis deseos de morir serian cumplidos.

Solo 87 segundos y todo terminaría.

Poco a poco sentía como un agudo ardor se abría paso por mis pulmones exigiendo aire. Mis parpados se cerraban inconscientemente, dándole lugar a un pequeño temblor por todo mi cuerpo.

Lo más difícil de todo esto era luchar conmigo mismo para no salir hacia la superficie. Que irónico, ¿no?

Incluso estando al borde de la muerte debo de estar luchando conmigo mismo.

Sentía como si mis pulmones fueran a explotar en cualquier segundo, mis oídos empezaron a pitar por la presión del agua y mi cerebro sin duda ya estaba mal por la falta de oxígeno pues la última señal que mandó fue respirar, casi llenando mis pulmones con agua del lago.

Pasaban los segundos y mi cuerpo ya se había hecho la idea de que mi final estaba cerca, los temblores se detuvieron por completo llegando la calma y tranquilidad, cuando unos delgados brazos rodearon mi torso obligando a mi instinto de salir hacia la superficie en busca de aire.

El aire frio no tardo ni dos segundos en golpear mi rostro trayéndome a la realidad en el momento que rompí la delgada línea hacia la superficie. Por acto de reflejo escupí y tosí hasta sacar el agua que anteriormente tragué.

—¿Qué estabas haciendo? —escuché de manera distorsionada, mientras me conducía a la orilla del lago.

Mi boca aun expulsaba el agua, mientras que mis ojos llorosos distinguieron la delgada figura de Lorelai con los labios morados tiritando de frío.

—¿Qué estás haciendo aquí? —pregunté entre jadeos una vez que sentí las piedras de la orilla incrustarse en las palmas de mis manos y rodillas.

—¿Qué que estoy haciendo aquí? ¿Tú que estás haciendo?

No respondí; no podía hacerlo. ¿Cómo podría explicarle mis acciones de la mejor manera para que no se llegara a preocupar? ¿Cómo le explico lo cansado que me encontraba? ¿Qué solo quiero estar en paz?

Me atrevo a levantar la vista; arrepintiéndome a los segundos, sus ojos empezaron a llenarse de lágrimas y su respiración aún era agitada, al igual que la mía. Sin mencionar que aún me ardía la nariz y los pulmones con cada bocanada de aire.

Morir ahogado no es una buena muerte, hasta podría decir que es una de las más dolorosas.

—No planeabas salir... —murmuró buscando mi mirada, la cual evité jugueteando con las pequeñas rocas —No ibas a salir por aire, ¿cierto?

TormentaWhere stories live. Discover now