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Capítulo 11: Es una cita.

—No puedo creer que realmente lo hayas hecho —mencioné entre risas mientras cerraba la puerta principal de mi casa—. Pensé que solamente querías darle el toque especial.

—¡Te dije que lo haría! —arrastró las palabras abriendo exageradamente los ojos—. Yo soy un hombre de palabra.

—Creo que mi hermana ni siquiera terminó de comprender la situación.

Él soltó una risa casi inaudible, me detuve ocasionando que él también lo hiciera.

—¿Qué? —cuestioné con una ceja alzada, Owen por su parte solamente frunció los labios negando y encogiendo los hombros claramente divertido—. Vamos, dime.

—Te diré algo —habló mientras me abría la puerta del copiloto, agradecí antes de subirme y que él la cerrara. Rápidamente llegó al otro lado y puso su auto en marcha—. Ya sé que ayer dije que pasearíamos por los jardines y todo eso.

Comenzó a hablar haciendo ademanes y muecas en el proceso haciéndome reír a la par que él lo hacía.

—La verdad es que no tengo ni idea de donde hay un jardín —admitió viéndome de reojo aun conduciendo—. Podemos estar un buen rato en el auto buscando uno o...

—Cualquier lugar está bien —aseguré observando mi vestimenta, unos jeans y una blusa corta azul, ideal para casi cualquier ocasión.

—¿Hambre? —volvió hablar después de unos segundos. 

[🌩️🌩️]

Ambos nos encontrábamos comiendo pizza, la cual Owen se negó a dejarme pagar por lo menos la mitad argumentando que él me había invitado.

—¿Alguna vez has escrito una canción? —pregunté después de que la otra conversación acabara.

—Jamás.

—¿Nunca lo has intentado?

—No en realidad —dijo frunciendo el ceño mirando a distancia—. A veces toco canciones que me gusten, otras veces solamente toco sin ritmo alguno. Pero nunca me llamó la atención escribir mi propia canción.

—Te relaja tocar —recordé y él afirmó.

—Tocar canciones que de verdad me gusten, de cierta manera, me hacen sentir seguro.

—Ahora entiendo porque dices que te relaja.

—¿Alguna vez has intentado tocar algún instrumento? —cuestionó comiendo una rebanada de pizza.

—Intenté con la guitarra —hablé notando a una familia de tres cruzar las puertas de la pizzería— Avery me obligó a ir a un curso con ella un verano en el que solamente estábamos nosotras dos.

—¿Y qué pasó?

—Aprendí lo básico y después del verano lo dejé.

—Cody sabe —anunció encogiéndose de hombros—. Podrías pedirle que te enseñe.

—Realmente no me interesa aprender a tocar algún instrumento.

[🌩️🌩️]

Aún había sol cuando nos encaminamos hacia el estacionamiento en busca de su auto.

—¿Quieres ir a dar unas vueltas en auto? —dudó un segundo mirando fijamente la carretera, tomado fuertemente el volante—. Lo siento, soy muy malo con esto de las citas.

—Suena bien —aseguré regalándole una sonrisa.

Los árboles pasaban rápidamente por mi campo de visión, al igual que los edificios medianamente altos. La música estaba en el volumen justo para entablar una conversación.

TormentaМесто, где живут истории. Откройте их для себя