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Capítulo 8: Ya quiero galletas.

—No puedo creer que nos saltaremos las clases —comentó Avery sacando de sus cajas las 20 galletas que recién habíamos comprado.

—No puedo creer que Rory nos haya convencido de glasear estas galletas a las 7 de la mañana —agregó Prairie mezclando el colorante con el glaseado haciendo un azul muy fuerte.

—Se supone que son colores pasteles, Prairie —informé pasándole el color blanco—. Que sea un azul menos intenso.

Su mirada llena de frustración me hizo reír levemente. Todas mezclábamos diferentes colores con el blanco, a este ritmo ya tenderíamos el suficiente glaseado para todas las galletas.

—¿Por qué no solo compramos un pastel? —preguntó Chloe.

—Prefiere las galletas —volví a decir creando el naranja perfecto.

—Pero claro que lo sabes —susurró pícaramente Prairie.

—¿Y por qué no solo compramos las galletas ya hechas? —intervino una vez más la castaña, ignorando el comentario recién.

—Dime. ¿Dónde conseguirás galletas glaseadas de distintos colores y que además deletreen la frase "Feliz cumpleaños" a las 7 de la mañana? —respondí con obviedad.

—Se me quebró mi uña. Últimamente se me están quebrando demasiado rápido —me interrumpió Prairie mostrando su uña quebrada irregularmente—. Le cobraré a Owen cuando me las vaya a arreglar. O tal vez a ti, Rory.

[🌩️🌩️]

El clima esta increíblemente agradable para hacer un picnic, el cielo estaba completamente despejado de nubes y una brisa confortante movía ligeramente las hojas de los árboles. Sin duda, una de las mejores ideas de Prairie.

—¿Dónde están las galletas? —pregunté buscándolas entre las bolsas.

—Solo falta que no las hayamos metido al auto —se exaltó Avery ayudándome a buscarlas.

—¿Acaso nunca me escuchan? —exageró Chloe con las manos en la cintura—. Les dije que las dejaría en el auto para que fuera una sorpresa.

—Bien, entonces continuemos como si nada —sugirió Prairie sacando la manta y extendiéndola en el suelo.

[🌩️🌩️]

—¿Un picnic? —escuché a lo lejos cuando ya estábamos colocando las ultimas cosas en la manta.

No era necesario voltear y verificar que se trataba del cumpleañero y sus inseparables amigos.

—¿Desde cuándo Cody tiene esos brazos? —expresó Prairie abanicándose con la mano exageradamente viendo de arriba abajo a nuestro amigo.

Rápidamente dirigí mi vista a la pelirroja, quien aún no apartaba la mirada de los chicos a mis espaldas. Le di un manotazo en el hombro al mismo tiempo que Chloe golpeaba su cabeza y Avery rodaba los ojos.

—¡Chloe! —gritó Janik abrazando a su novia.

Cody rio haciendo que lo mirara, ahora tenía más sentido el asombro de Prairie, traía puesta una camiseta sin mangas blanca dejando al descubierto sus brazos arduamente trabajados, sin mencionar que además unos cuantos mechones castaños caían por su frente casi tocando sus pestañas.

—¡Feliz cumpleaños, rubio! —exclamó Chloe después de separarse de Janik.

Esa fue nuestra señal para acercarnos también y desearle un buen cumpleaños, por una razón estaba extremadamente nerviosa. ¿Y si no le gusta el picnic que organizamos?

TormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora