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[CS]

Capítulo 30 parte 1: ¡Owen!

Son las 2 de la mañana y aun no logro conciliar el sueño; mi cabeza trabajaba a mil por hora, el nombre de Owen pasaba una y otra vez en ella.

Algo estaba mal. Lo presentía.

Frustrada me levanté de entre las sábanas intentando no despertar a Chloe, tomé mi celular y caminé hacia la ventana dispuesta a llamarle. Antes de encontrar su nombre en mi lista de contactos la pantalla se iluminó con él.

—¿Owen? —pregunté, al otro lado de la línea solo se escuchaban sus sollozos.

—Lo siento —oí a duras penas.

—Ow... —susurré tomando la primera sudadera y pantalón que encontré en mi closet junto con los tenis.

—Lor... —dijo entre sollozos.

Su voz pronunciando mi apodo hizo que mi pulso se acelerara, bajé las escaleras corriendo mientras que en el camino me colocaba los tenis saltando sobre un pie.

—Solo respira, ¿sí? —jade, estaba haciendo mucho cardio—. Voy en camino, Owen —avisé en la entrada de mi casa.

—Lo siento... —murmuró. Esas dos palabras hicieron que mi corazón se detuviera por un microsegundo, las lágrimas empezaban a picar mis ojos—. Lo siento, Lor...

—¿Dónde estás? —pregunté histérica, a los segundos me arrepentí, debía de mantener la calma—. ¿Ow?

—En La Roca—murmuró con la voz débil.

Naturalmente, pensé en lo peor. Y le rezo a todo lo sagrado que no sea eso.

Mis manos temblaban y sudaban tanto que se me dificultaba ponerme el cinturón de seguridad.

«Owen me necesita más de lo que yo necesito un cinturón de seguridad» pensé apartándolo de un manotazo y echando a andar el auto a toda velocidad.

Lecciones de manejo, no me fallen ahora.

—Háblame.

—Lorelai...

—Ya voy —susurré aun manejando escuchando los sollozos de fondo.

—No... —murmuró, podía sentir como negaba a través del teléfono.

—Claro que sí —afirmé.

—No te hablaba para eso. Lorelai, no vengas.

Las lágrimas acumuladas impedían que viera con claridad el camino, intentaba con todas mis fuerzas no romperme en llanto.

El miedo recorría todo mi cuerpo. Por un segundo pensé en llamar a una autoridad o siquiera a Janik o Cody; pero las probabilidades de que el rubio no me volviera a contestar la llamada después de hablar con alguien alertando la situación eran muchas; y no teníamos tiempo para eso.

Ni siquiera me sentía capaz de mandar un mensaje, razonar con el rubio y manejar al mismo tiempo.

No puedo con tanto.

Creo que hice tiempo récord en llegar al inicio de La Roca en auto, ni me tomé la molestia de parquear como era debido a un lado del de Owen, cuando mis manos ya estaban abriendo la puerta y mis piernas salieron de un salto corriendo lo más rápido que estas permitían, mi cuerpo actuaba por sí solo. El aire olía a humedad haciendo que sintiera el oxígeno tan denso en mis pulmones dificultando más el trabajo de subir.

—Ya casi llego —dije entre jadeos, mirando desesperadamente a mi alrededor en busca del rubio, pero solo miraba árboles y arbustos—. ¿Sigues ahí?

TormentaWhere stories live. Discover now