18 (pII)

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Capítulo 18 parte 2: Ya vamos tarde.

—¡Feliz cumpleaños, Rory! —canturreó Harry abrazándome por los hombros.

Me sentía cansada, llegué al punto de hacer cualquier cosa para evitar sumergirme en mis pensamientos porque cada vez que me disociaban comenzaba a imaginar todo el tiempo que estaba viviendo mi vida junto con el trío de oro.

Ya había peleado, ganado y perdido la guerra mágica incontables veces, creando diferentes historias, pero con los mismos personajes, una y otra vez.

Quería parar, pero sentía que ya no era posible, que ya lo había llevado muy lejos.

Regresando a mi realidad vi a mi familia rodeándome a la espera de que soplara las velas con los números 1 y 8 del pastel con glaseado color rosa y dorado

—Pide un deseo —alentó mi hermana con su teléfono en la mano, probablemente grabando.

Cerré los ojos pensando que podría pedir este año...

«Deseo...»

«Deseo...»

«Deseo tener una vida en la que pueda crear recuerdos.»

Soplé la vela con mi deseo en mente, no se hicieron tardar los aplausos y gritos de mi familia en el fondo. Observaba sus rostros, verlos reír y convivir entre ellos me hicieron sentir en casa. Algo que no había sentido desde hace meses.

[🌩🌩]

Subía las escaleras con destino a mi habitación cuando el sonido de mi teléfono y el nombre de la persona iluminando la pantalla reclamaron mi atención. Contesté, pero lo único que sé escuchaba desde la otra línea eran murmullos y una guitarra de fondo.

—¿Hola? —murmuré sintiendo como mi corazón se aceleraba.

No obtuve respuesta más que la música producida por la guitarra.

—¿Owen? —pregunté una vez más.

«Yo creo que en ese momento puede entrar Owen»

—¿Hola? —volví a hablar, extrañada por haber escuchado a Cody.

Una vez más, volví a obtener silencio como respuesta.

«¿Rory?»

—¿Cody? —pregunté.

«¿Por qué escucho a Rory?»

A los segundos oí interferencia, como si movieran el celular y taparan la bocina.

«¿Quién fue el imbécil que llamó a Lorelai?» preguntó histérico el rubio a lo lejos.

En este punto me sentía completamente tonta al seguir esperando a que Owen (o alguien) me contestara.

¿Debería colgar?

«Yo no... ¡Ay! Creo que sí fui» Escuché esta vez a Janik, junto con la risa del castaño.

Decidido. Voy a colgar.

—¡Lorelai! Hola —saludó con la voz agitada—. Te iba a llamar en unos minutos.

Mejor no voy a colgar.

—Oh —solté incómoda.

—¿Recibiste las...?

—Sí —lo interrumpí.

—Oh —murmuró casi podía verlo asentir—. Qué bueno...

—Las flores son muy bonitas —comenté rascando mi mandíbula muy incómoda—. Las margaritas son mis...

TormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora