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Capítulo 2: Noche de preguntas y respuestas.

Ya habían pasado unos cuantos días de mi casi caída, es decir que faltaban muy pocos días para el 1ro de enero. Las chicas y yo habíamos tenido nuestra reunión postnavidad, la cual era una de nuestras tradiciones en donde nos reunimos una noche y nos echábamos el chisme con un par de botanas y poquitito alcohol robado de los padres de Prairie.

No eran ni las 2 de la madrugada cuando una leve opresión en el pecho se hizo presente.

—¿Estas bien, Rory? —cómo era de esperarse, Avery fue la primera en darse cuenta de mi repentino cambio de humor.

—Necesito aire —dije acercándome a la ventana y abriéndola—. ¿Está bien si me voy unos segundos?

Mi pregunta llamó la total atención de todas mis amigas, mi respiración se volvía irregular mientras ellas se miraban entre sí.

—Es muy noche, Rory —comentó Chloe.

—¿Quieres que te acompañemos? —preguntó Prairie reflejando preocupación.

—Solo serán unos minutos —murmuré—, prometo no alejarme mucho.

Después de una larga pausa y de un "Te estaremos esperando despiertas" por parte de Prairie salí con una chamarra y mi celular en la mano, en camino al parque más cercano.

Caminaba entre la luz artificial que me brindaban los alumbrados públicos, mi respiración se iba regulando con cada paso que daba. Ya casi llegaba al parque cuando divisé una silueta masculina entre las sombras, mis pasos disminuyeron y todos mis sentidos me pedían a gritos que huyera, pero mi curiosidad salió a flote cuando escuché un estornudo y el sonido del timbre de un celular en su dirección. La familiaridad de su voz contestando la llamada me detuvo por completo.

—¿Cody? —contestó. Desde mi posición no podía escuchar la respuesta, pero sea lo que haya sido le sacó una risa—. Le dije a Janik que lo veríamos mañana —él continuaba hablando por teléfono hasta que se percató de mi presencia—. Adiós, Cod.

—Hola —me limité a decir.

—¿No es muy tarde para que estés aquí? —preguntó acercándose a mí con una sonrisa incomoda.

—¿Si? —al momento de soltar esas dos letras como pregunta me quise abofetear.

—¿Vives cerca de aquí? —quiso saber rompiendo el silencio incomodo que segundos antes se había formado.

—¡No! —solté de golpe—, Prairie es la que vive cerca —intenté explicar—. ¿Tú vives...?

—Si... —me interrumpió.

—Entonces... —mi mente estaba trabajando a toda velocidad, no sabía que decirle y sin mencionar lo incomodo que se miraba Owen con mi presencia—, necesitaba aire —suspiré evitando su mirada, mi mano viajo hasta mi mandíbula inconscientemente.

—¿El aire de la habitación de tu amiga no era suficiente? —comentó sarcásticamente, abrí mi boca para protestar, pero el intento de ahogar su risa me distrajo.

—¿Realmente te estas riendo de tu propio comentario? —solté con diversión, pero me arrepentí al ver como cambiaba su expresión en cuestión de segundos.

—Vamos.

—¿Adonde?

Owen me hizo una seña de que lo siguiera, con un poco de desconfianza lo seguí a la banca en la que él se encontraba anteriormente.

—Aquí podrás tomar todo el aire que quieras —dice mientras se sienta y toca ligeramente a su lado invitando a sentarme.

Me acomodé a su lado en completo silencio, giré mi cabeza esperando una palabra suya pero solo recibí silencio.

TormentaWhere stories live. Discover now