No me obligues a controlarte

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Los tiempos de vacas flacas por fin llegaron a su fin, o al menos hasta el momento. Los ataques tanto militares como Na'vis fueron disminuyendo poco a poco y la vida en la base volvía a la normalidad aparentemente.

Ana continuaba echando horas y horas en su cuerpo de avatar, tanto fue así que su cuerpo humano pegó un bajón considerable.
Hace un par de días, con la ayuda de Mo'at, consiguió convencer a Jake para ir con él y con Neytiri a ayudar a otros jóvenes miembros del clan a escoger a su Ikram. Por supuesto que ella aún no estaba lista ni mucho menos pero se moría de curiosidad por ver el ancestral ritual para elegir a esa criatura de por vida. El camino hasta llegar a la cima de la montaña fue duro y largo, pero tan solo por lo que sus ojos veían, merecía con creces la pena. Aquel día en definitiva fue alucinante y al ver la maravillosa puesta de sol cuando bajaban por las lianas que antes subieron para llegar a la cima, no pudo evitar acordarse del coronel. Si hubiera estado allí le habría propuesto dibujar ese inmenso cielo color dorado. Quería verlo y besar su mejilla una vez más. Desde luego que después de esos días tan intensitos, aprendió a valorar lo que sentía a su lado, aunque ciertamente el sentimiento fue mutuo.

A Jake no le agradaba mucho la idea de que la chica se interesara e hiciera todo lo posible por integrarse tanto en el clan o asistir a las actividades y rituales. Ana le caía bien pero tras percatarse de ciertas señales de que probeblemente su relación con Quaritch fuera más allá de lo laboral, comenzó a desconfiar un tanto de ella...
Para él estaba más que claro que siendo la niña únicamente bióloga, habría necesitado un cable para adentrarse en el programa avatar, a parte del interés de Grace.
Lo cierto era que a parte de su opinión, y por mucho que se negara a admitirlo, se encontraba la obvia crítica de Neytiri. Ella si que era desconfiada y a pesar de que Jake no le había comentado nada de sus sospechas con el coronel, el simple hecho de que hubiera logtado ir tan lejos o ganarse a Mo'at, cosa que ni ella había conseguido aún, le inquietaba y trataba de convencer a Jake para apartarla todo lo posible de su clan...

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Ana había tenido un día de lo más interesante, y de no ser por Grace todavía seguiría conectada a su avatar cual adolescente a un videojuego.

-"Ana, querida, tienes que descansar. Se que nuestro trabajo es de lo más inmersivo pero no puedes seguir este ritmo. Te estás quedando muy delgada y...a puesto a que no duermes ni 4 horas..."- dijo la mujer poniéndole la mano en el hombro mientras la acompañaba a la salida del laboratorio.

-"no se preocupe por mí, doctora. Estoy bien." - dijo Ana mientras se le escapaba un bostezo.

-"pues claro que no estás bien ¿quieres venir a la cantina y comes algo? Está ya cerrada pero seguro que si hablamos nos pueden dar algo. Vamos."

-"se lo agradezco muchísimo pero creo que dormir me alimentaría mas ahora."

-"está bien. ¿crees que podras llegar sola hasta tu habitación?"- dijo Grace preocupada agarrandole ambis brazos y poniéndose en frente suya para que la chica la mirara.

-"sí...muchas gracias Grace."- dijo la niña despidiéndose.

-"y tómate mañana el día libre"- dijo la doctora antes de que estuvieran muy lejos como para no escucharse.

Ana se fue camino a su habitación con la mente en blanco. Ahora sólo quería tirarse en la cama y no despertarse hasta que le sudara la almohada.

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Grace se iba un poco más aliviada, aunque todavía con algo de preocupación. Sabía que ella no era quien para dar consejos de salud, pero echar tantas horas sin mover su verdadero cuerpo no era bueno... Justo cuando la doctora andaba por el solitario y oscuro pasillo, ensimismada en sus menos intencionados pensamientos, unos fuertes golpes secos de bota militar le sacaron de su trance. Conocía ese pesado trote resonando en el silencio y rápidamente su instinto de autoconservación se activó. Cuando echó la vista hacia atrás para confirmar su hipótesis era ya demasiado tarde, pues la figura del esbelto militar se encontraba ya a su lado...

Meeting The DevilWhere stories live. Discover now