Prácticas con arma

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Ana bajaba las escaleras, directa hacia la planta baja tal y como se le había ordenado. Llegaba ya un par de minutos tarde, cosa a la que ya estaba más que acostumbrada pues cuando se trataba de puntual no podía competir. Llegó a la planta baja y siguiendo un amplio pasillo de la gran nave alcanzó la parte trasera donde se suponía que estaría la zona para las prácticas con armas.

Estaba realmente nerviosa, ¿Qué pasaba si disparaba al sitio erróneo?...ella misma trataba de tranquilizarse mientras caminaba, pero sin éxito. Había escogido ropa cómoda para las prácticas, un top deportivo blanco y unos pantalones grises de chándal deberían aportarle la movilidad y comodidad que necesitaría.

La parte trasera de la planta baja era bastante grande, los techos eran increiblemente altos y las gruesas paredes de metal le aportaban la estabilidad que necesitaba, solo que por la falta de una gran puerta como la de la parte delantera, una vez más la única iluminación que había era la de unos tragaluces horizontales que se encontraban demasiado arriba como para mirar por ellos y la de los grandes focos que estaban esparcidos a lo largo del techo. Esto y el hecho de que todo estuviera pintado el mismo verde militar le daba una apariencia bastante sobria, claro que teniendo en cuenta el uso que se le daba, tampoco necesitaba más colores.

Llegó por fin a la zona indicada y pudo divisar a Quaritch. Estaba revisando y cargando algunas pistolas que había colocado en una mesa. Aunque Miles le había propuesto a Ana lo de aprender a tirar con un arma por su propia seguridad, realmente si que le gustaba mucho la idea de estar toda una tarde a solas con la chica con la excusa de que sería únicamente para enseñarle, aunque si quiera fuera él el encargado que normalmente enseñaba a los novatos este tipo de cosas... De pronto se vió a esa conocida figura femenina aproximándose a la zona de tiro.

-"que tal. Veo que has encontrado bien la zona de prácticas." Dijo Miles desviando muy levemente su mirada de lo que estaba haciendo para contemplar a la chica.

-"si, bueno me dieron algunas indicaciones, pero aquí estoy." Respondió Ana con su dulce tono y su sonrisa. Al menos se alegraba de que no se notarán tanto sus nervios como ella los sentía.

-"bien, vamos a empezar con un poco de teoría... Ésto es una pistola común, es lo más básico si hablamos de armas de fuego..." Miles explicaba mientras la chica asentía. Se empezaba a notar lo nerviosa que estaba, agarraba la tela de sus pantalones, dándole vueltas con la punta de sus dedos. Ni siquiera era capaz de mirarle a la cara por dos segundos seguidos. Desviaba su mirada hacia sus zapatos como si fuera a encontrar allí el secreto de la creación.

Miles no llegaba a entender por qué de buenas a primeras le daba por mostrarse tan tímida, ya le había demostrado que no mordía y no se trataría tampoco de la primera tarde que pasaban juntos.

En un momento en medio de las explicaciones del coronel, Ana agarró una gomilla que llevaba en la muñeca y comenzó a recogerse su agraciado pelo en una coleta alta. Quaritch no pudo evitar quedarse mirando ante tal simple acción. El top que llevaba se ceñía un poco más a su cuerpo que las habituales camisas rectas que llevaba y realzaba un poco más que de costumbre su figura femenina...

No podía negar que aunque hubiera visto mujeres con curvas más vistosas, esta chica le traía envuelto en cada uno de sus movimientos. Esa destreza con la que la niña movía su pelo de un lado a otro anudándolo a la perfección en una larga coleta de cabello color miel y reflejos dorados. Parecía una escena sacada del mejor filme que hubiera visto.

Entonces cuando finalmente terminó, un mechón del flequillo se soltó del resto, colocándose furtivamente sobre su pequeña cara...la chica ignoró esto y miró al coronel con cierta extrañeza, esperando a que el hombre continuara con su explicación, pero en vez de esto, Quaritch caminó lentamente hacia ella y acercándose quizás más de lo debido, alzó cuidadosamente su mano y echó el rizado mechón hacia la oreja de la chica...

Meeting The DevilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora