¿¡Otra vez tú!?

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Al salir por la recia puerta de la sala principal pudo escuchar como el hombre con el que había hablado segundos antes soltaba levemente una carcajada al ver cómo la chica tiraba con fuerza para abrir la puerta...Aarrhh no puedo entender cómo construcciones tan relativamente nuevas como estás pueden tener cosas tan deterioradas cómo está puerta...se decía Ana para si misma intentando evitar el pensamiento de que quizás fuera ella quién le faltaba algo de fuerza como para abrirla con normalidad...seguro que el Jefe de Seguridad no tiene problemas con estas cosas...se decía riéndose interiormente de su propio chiste.
Mientras caminaba a paso ligero con su maleta en la mano a través de los largos pasillos no pudo evitar pensar en la impresión que el hombre de ojos azules había causado en ella... Cuando recordó la primera frase que le dedicó con aquella voz ronca no pudo evitar sonrojarse y sonreír un poco a la par que continuaba caminando. Si esque no puede ser Ana, el primer día y ya estás llegando tarde, anda que causas buena impresión...se repetía en su cabeza mientras recordaba felizmente cuando sus amigos bromeaban con ella sobre su impuntualidad. Volviendo a rememorar el recuerdo de aquel hombre...lo que más le llamo la atención de él, a parte de esos intimidantes ojos azules que penetraron en su retina tan repentinamente como retornó a la realidad tras otro de sus múltiples ensoñamientos, fue una prolongada cicatriz que el hombre tenía en el lateral de su cara. Seguro que sería el típico señor digno de escuchar durante una tarde tomando café y aunque la imaginación de Ana solía divagar cuando se trataba de imaginar escenas épicas, ésta vez no conseguía imaginarse la legendaria pelea en la que una de las fieras de Pandora le causaría tal lesión.
A pesar de que el subsconsciente de Ana le adelantaba lo que probablemente pasaría tras su primer encuentro con el Jefe de Seguridad, ella se negaba a darle más atención pues sabía que su mente sufría de crear crushes con personas que nunca podrían estar con ella... Ni lo pienses, acabas de llegar aquí y lo último que te hace falta es enamorarte el primer día... Recuerda...vida nueva, hábitos nuevos...
De repente se encontró de frente con el cartel que anunciaba su llegada a la Administración. Había puesto "el piloto automático" una vez más y ni se había dado cuenta de cómo había llegado tan rápido.

-"disculpe, me han dicho que debía preguntar aquí sobre mi ocupación y...también sobre mi número de habitación" dijo Ana con cortesía asomándose al mostrador.

-"dígame su nombre guapa" dijo un hombre de forma simpática colocando sus manos sobre el teclado del ordenador para buscarla.

-"Ana Alister" respondió la chica...no puede ser que acabes de llegar y los hombres ya te estén vacilando...

-"Aquí te tengo. Bien, aquí pone que será usted la secretaria personal del Coronel Quaritch, pero pone que solo temporalmente... Lo raro es que pone tiempo indefinido. Es la primera vez que pasa esto. Bueno no sé preocupe le indicaré dónde tiene que ir y podrá preguntarle al coronel si se trata de un error o algo por lo parecido"

-"entiendo... Pero sí, se debe tratar de una equivocación porque yo vine aquí como bióloga" dijo Ana ocultando un poco su confusión.

-"su habitación es la 505. Espere un momento... Aquí tiene la llave" respondió el hombre sonriendo, alcanzándole la llave a la chica.

Acto seguido le indicó nuevamente en unos planos dónde estaba el despacho del coronel pero también le dijo que normalmente no solía pisar su despacho sino que se encontraba ejercitándose en una sala en la planta baja, justo donde se encontraban las grandes naves donde guardaban la artillería y que solían estar repletas de soldados.
La chica asimiló atentamente la información que el hombre del mostrador le proporcionó y se dirigió hacia un ascensor cercano con intención de llevar primeramente su maleta a la habitación asignada.
Una vez allí se dió cuenta de lo inmensa que era esa planta y pudo ya suponer que le llevaría otro rato encontrar su habitación. Mientras comprobaba los números de las habitaciones vio a una mujer pasando a su lado y Ana una vez más no dudó en acercarse a preguntar. Podría decirse que se consideraba extrovertida para la mayoría de las cosas mientras que para otras podría llegar a ser la persona más introvertida sobre la faz de Pandora.

Meeting The DevilNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ