Jimin es un omega mimado que siempre obtiene lo que quiere. Amante del rosa, las fresas y alardear de cada uno de los lujos que sus padres le ofrecen sin inhibiciones.
No obstante, llega un día en el que con su familia tiene que acudir a un sitio do...
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La máquina hizo su trabajo dejándose guiar por las manos expertas del alfa que sabía cómo utilizarla.
Yoongi terminó con los últimos trazos, el tatuaje que ahora adornaba el antebrazo interno del lado izquierdo le resultaba especial ya que su novio tenía exactamente el mismo en la espalda baja.
—¿Jimin sabe que te hiciste el mismo tatuaje que él? —preguntó Hoseok, mientras se llenaba la boca de golosinas.
—No, lo sabrá hoy cuando lo vea —respondió, estando bastante ocupado en colocar la pomada para luego cubrirlo.
—Eres un cursi de primera —se le burló el rubio, aunque dicha sonrisa se borró cuando el mayor lo aniquiló con la mirada.
—Mejor cállate y ven a ver esto —solicitó el pelinaranja.
Hoseok tomó asiento al lado de su amigo, recibió la libreta que Yoongi le entregó y miró detalladamente el dibujo que había en ella. No tardó en comprenderlo, haciendo una mueca de absoluta sorpresa, casi al mismo tiempo que la emoción tomaba gran parte de su estado de ánimo.
—Quiero que tú lo hagas —dijo Yoongi a su amigo.
—¿Cuándo lo diseñaste? —preguntó el rubio, mientras sus dedos acariciaban el dibujo que le parecía hermoso y sobre todo significativo.
—Hace un par de meses, empecé a trabajar en el diseño cuando llevé a mi chico al campo de dientes de león —confesó—. Desde entonces supe que estaba perdido por él, así que me nació la necesidad de crear algo que lo represente y marcarlo en mi piel.
—Es un diseño realmente precioso, me impresiona la agilidad que tuviste para hacerlo ver tan real —admitió el alfa menor.
Yoongi sonrió, con sus ojos puestos en el dibujo que ansiaba llevar en su piel.
—¿Podrás hacerlo? Quiero llevarlo por el resto de mi vida conmigo.
—Por supuesto, ¿dónde quieres que lo haga?
El pelinaranja presionó en su pecho, del lado izquierdo, justo en el punto exacto donde estaba ubicado su corazón.
—Hazlo aquí —pidió, mientras su mano seguía presionando el punto donde podía sentir sus propios latidos.
Jung Hoseok sonrió y asintió al pedido tan especial que su amigo le hizo. Comenzó a recolectar todo el instrumental que necesitaría, cuidando de cada detalle para que el precioso diseño quedara perfecto en el pecho del alfa mayor.
—Quítate la camiseta y acuéstate —indicó el menor, para luego colocarse un par de guantes.
Yoongi lo hizo. Se acostó y permaneció imperturbable durante el tiempo que su amigo tomó para hacerle el tatuaje más especial que llevaría en su cuerpo.
Y cuando todo terminó, el pelinaranja pudo sentir una descarga fuerte que estremeció a su lobo, como si una fuerza superior y desconocida le dijera que hizo lo correcto al entrelazar su alma con la del chico que amaba a través de la tinta.
