Jimin es un omega mimado que siempre obtiene lo que quiere. Amante del rosa, las fresas y alardear de cada uno de los lujos que sus padres le ofrecen sin inhibiciones.
No obstante, llega un día en el que con su familia tiene que acudir a un sitio do...
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Yoongi despertó luego de ocho horas de profundo sueño.
Lo primero que encontró cuando abrió los ojos fue la presencia de sus amigos. NamJoon, Hoseok y Alessia estaban alrededor de la cama, con los ojos bien abiertos y sin parpadear.
—¿Qué pasó? —preguntó, mientras se incorporaba un poco hasta que su espalda chocó contra un respaldar—. ¿Dónde estoy?
—Te desmayaste y Jimin te trajo al apartamento de Park Chanyeol, ¿lo recuerdas?
Yoongi asintió, notando entonces las vendas que tenía en los brazos y torso.
—¿Él está aquí? —preguntó en voz baja, y no necesitaba especificar a quien se refería para que sus amigos comprendieran.
—Pasó toda la madrugada a tu lado —respondió Ale, sonriendo cuando los ojos de su amigo brillaron—. Estuvo cuidándote hasta que se quedó dormido, su primo lo llevó a una habitación para que también descansara.
—Necesito hablar con él —decidió. Intentó levantarse de la cama, pero ninguno de sus amigos se lo permitió.
—El doctor dio indicaciones específicas: nada de movimientos durante las primeras doce horas, comer bien y cumplir con el medicamento a la hora adecuada —habló Alessia, para luego dejar una bandeja de comida en el regazo del pelinaranja.
—Jimin sigue dormido, Suga —informó Hoseok—. Tranquilízate, come, y ya luego cuando te sientas más fuerte podrás hablar todo lo que quieras con él.
—Me sorprendió saber que estaba en el callejón negro —comentó NamJoon—. ¿Cómo se enteró de todo?
—Alguien más se lo dijo por mí —respondió Yoongi, sin tener intenciones de expandir el tema.
—Bueno, lo positivo de todo esto es que vas a tener la oportunidad de contarle la verdad, sincerarte por completo, Yoongi —dijo Hoseok en un intento de animar.
—Me tardé demasiado en hacerlo —admitió con un suspiro.
—Necesitabas ir a tu propio ritmo, y es comprensible —le dijo Ale—. Por culpa de otra persona ambos vivieron un momento desagradable, pero también les dio la oportunidad de unirse más —aseguró convencida—. Jimin... ¡wow! Él es alguien increíble, que te quiere, y ahora estoy segura de que nunca estarás en mejores manos que en esas.
—Son unas manos muy pequeñas y suavecitas —dijo Yoongi con una sonrisa pequeña.
—Así como todo él —dijo Nam, y los demás asintieron.
El pelinaranja terminó con toda la comida y luego le entregó la bandeja vacía a la beta. Todos ellos se aseguraron de que nada le faltara a Yoongi, y cuando lo hicieron comenzaron a despedirse.
—Tenemos que ir a trabajar, pero estaremos aquí en la noche —aseguró Hoseok.
—No te preocupes por nada, SeokJin irá a visitar a tu madre y a Kook para saber cómo están las cosas con ellos —avisó NamJoon.
