☁️44: encanto de medianoche☁️

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El reloj había marcado la medianoche

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El reloj había marcado la medianoche.

Jimin y Yoongi eran un desastre de jadeos y respiraciones rápidas. Los brazos del alfa se cerraron con fuerza en la cintura pequeña, sintiendo con nitidez como el voluminoso trasero continuaba frotándose sobre él.

—Suéltate el cabello —pidió el menor, manteniendo los labios entreabiertos para dejar salir la respiración.

El alfa lo hizo, soltó la coleta que se había hecho y en ese instante las manos del pelirosa se perdieron en las hebras húmedas, hasta que los dedos pequeños se enredaron por completo en ellas.

La boca de Yoongi se instaló en el cuello ajeno, sus labios hambrientos probaron cada porción de piel que estaba a su disposición, dejando una serie de besos y pequeños mordiscos que provocaron los primeros gemidos agudos en Jimin, capaces de hacer perder la cordura, y de perderse por horas completas.

Las uñas del omega se deslizaron por toda la extensión de la espalda ajena, conoció la extensión de cada músculo bajo ese tacto deseoso, al mismo tiempo que su trasero desnudo entraba en mayor contacto con la prominente erección que se estaba formando bajo aquellos pantalones de chandal.

Poco tiempo después el alfa dejó de besar el cuello del menor para verlo directamente a los ojos. Lo encontró jadeando, con las mejillas rojas, las pupilas dilatadas, los labios rojizos y entreabiertos en una invitación para que volviera a perderse en ellos.

Y lo hizo.

Lo besó como nunca antes se atrevió a hacerlo. En ese beso Yoongi le demostró toda la pasión y deseo que sentía por él, todos esos pensamientos pecaminosos que le generaba, las ansias que tenía por poseerlo y lo malditamente loco que lo volvía.

Se separaron con un chasquido sonoro que alimentó su creciente excitación, el contacto de sus miradas adquirió un matiz sensual en ambos, haciéndoles desear más, y no detenerse hasta saciarse por completo.

—¿Me dejarás morderte el trasero? —preguntó Yoongi, sonriendo ladino cuando Jimin soltó una carcajada.

—Tienes una fijación extrema con mi trasero, motero —observó, mientras sus deditos jugueteaban con el cabello ajeno.

—Y tú con mi cabello —dijo el alfa.

—Me gusta mucho tu cabello.

—Bueno, a mí me gusta mucho tu trasero. Es la segunda cosa que más me gusta de ti.

—¿Cuál es la primera? —indagó un pelirosa curioso.

Yoongi sonrió antes de responder:

—Tus ojos, juro que son lo más precioso que he visto en mi puta vida.

—¿Sabes qué es lo mejor? —inquirió y cuando el alfa negó, agregó—: que sólo te miran a ti.

El pelinaranja soltó un suspiro lleno de gusto, permitiendo que su mente albergara esas palabras y que su subconsciente las saboreara.

ᴛᴏᴄᴀʀ ᴇʟ ᴄɪᴇʟᴏ ☁️♡ ʸᵐ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora