☁️04: miradas indiscretas☁️

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Tres días

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Tres días. Esa era la cantidad de tiempo que Yoongi llevaba trabajando en el Royal club. Consideraba que era poco tiempo todavía, es decir, no había pasado ni la semana y ya se había ganado varios regaños por parte de Sodam.

La beta parecía repelerlo, sin molestarse en querer verse sutil. El alfa podía ver claramente la molestia pintada en los ojos de la mujer pequeña, junto con las muecas extrañas que le dibujaban más arrugas que las que normalmente tenía.

Yoongi sabía que en ese trabajo su paciencia estaba siendo puesta a prueba como nunca antes, y realmente le sorprendía el hecho de tener esos tres días de trabajo completos, porque odiaba el lugar, y más aún, odiaba a las personas que lo frecuentaban.

La única que parecía agradarle era Jessi. La alfa era amable con él, tenía un gran sentido del humor y compartían varios gustos. Él estaba seguro que su compañera de trabajo había influido bastante para soportar ese ambiente de ricos mimados.

Y como cereza de pastel estaban todos aquellos omegas que se lo comían con la mirada.

Generalmente no le importaría, a Yoongi siempre le gustó apreciar la belleza de los omegas y embriagarse de ellos; pero los que estaban en ese club eran intocables, esa era su regla, y si la rompía tendría problemas asegurados más una habitación estrecha en la cárcel.

Sabía de lo que hablaba, tuvo que vivirlo para formar su regla de: "no follarte a ricos".

Sacudió esos pensamientos lejos y mejor se dedicó a terminar de ordenar los balones medicinales en el estante de metal. Ya casi terminaba, le faltaban unos cuatro y luego vería en qué más podía ayudarle a la morena.

—Yoongi, ¿cómo vas con eso? —preguntó Jessi.

—Dos más y termino —dijo, luego colocó los últimos dos y se volteó con una sonrisa—. He terminado.

—Genial porque necesito que hagas algo más en el otro salón —informó Jessi.

El pelinaranja sabía que se refería al salón de yoga, ya que últimamente había tenido más personas interesadas en participar, pero por razones erróneas, ya que en lugar de ir a concentrarse y meditar, iban a verlo a él con olores dulzones y sonrisas molestas.

—¿Qué es lo que debo hacer?

—Sacar las esterillas de yoga y colocarlas en el piso. La clase iniciará en veinte minutos, pero aún no he terminado aquí para hacerlo yo misma.

Yoongi entrecerró los ojos. —Supongo que el salón de yoga está vacío en este momento.

—Cierra la puerta con seguro, pareces encantarle a estos omegas, es mejor prevenir —comentó risueña, provocando que el menor bufara.

—Gracioso, muy gracioso —refunfuñó el alfa, haciendo su camino hacia la sala de al lado.

Los grandes pasillos estaban desolados, seguro por la hora tan cansada del día. El alfa sabía que en ese momento la piscina era la que estaba repleta de personas, y eso era beneficioso para él ya que: entre menos personas tuviera cerca, menos serían las probabilidades de meterse en problemas con Sodam.

ᴛᴏᴄᴀʀ ᴇʟ ᴄɪᴇʟᴏ ☁️♡ ʸᵐ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora