55. The origin of love

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Jolyne no se había bañado con compañía desde que era una niña, lo mismo Giorno, pese a tener bastante experiencia sexual a sus espaldas, nunca había compartido un baño con otra persona. Mientras que la bañera se llenaba se dieron cuenta de que estaban un poco avergonzados con la situación, por lo que no tardaron en estallar a carcajadas y a pasar a hacer calculos sobre el volumen de agua que necesitarían teniendo en cuenta que los dos iban a entrar en ella. La bañera de mármol solamente iba por el fondo cuando Giorno se metió en ella desnudo. La manera en la que Jolyne lo miró mientras lo hacía sin dejar de reírse le dejaba claro que iban a terminar salpicando agua por todo el suelo.

Sumergido en agua caliente con esencias florales y Jolyne acurrucada encima de él, era como Giorno se imaginaba que sería el Cielo. Le masajeó los hombros y lavó la espalda, haciendo que cada vez se encontrase más comoda y relajada. Había estado muy seguro de que podría contenerse de hacer cualquier otra cosa, pero los dulces gemidos de Jolyne mientras masajeaba su cansada espalda estaban acabando con su coordura.

No estaba hecho de piedra para resistir la tentación que tenía delante, y mucho menos cuando se volvió y lo encaró dándole un apasionado beso. Había algo especial en ese ambiente humedo, el brillo ligero de unas cuantas velas y la brillante y humeda piel de su esposa. Le hacía sentirse excitado y también un poco abrumado, pero quería ir poco a poco, enredado en la sensual nube en la que solamente estaban ellos dos.

En los ojos verdes de Jolyne cabía toda su vida, no había joya más hermosa en el mundo. Cada vez que parpadeaba pensaba que sería capaz de robarle el corazón otra vez. Y aun así, se permitía perder esa visión de pura bellaza al verla cerrar los ojos perdida en la pura delicia que procuraba regalarle con su toque, saber que era capaz de hacerla sentir de esa manera perdida en el placer le hacía sentirlo como suyo. A pesar del deseo de morderla punzando, le permitió a ella que fuese quien hundiese sus blancos dientes en su cuello.

Jolyne se encontraba de manera literal y metaforica en extasis. No había tenido mayor deseo que acurrucarse con su esposo mientras disfrutaba de su cercanía. Pensaba que después de la noche anterior (y también de esa misma mañana) habría tenido suficiente para apaciguar sus hormonas. Pero mientras que Giorno la había ayudado a deshacerse de sus prendas para entrar a la bañera, fue siendo consciente de que no estaba tan cansada como para no poder aprovechar la situación.

Cuando se había vuelto a besarlo, por un breve momento se encontró deseando haber tenido el talento de Rohan para poder capturar la belleza de su marido, con su cabello dorado mojado como oro líquido y su expresión relajada. Su rostro estaba ligeramente sonrojado y cuando la miró confirmó en su expresión que la deseaba de vuelta con la misma intensidad que se encontraba sintiendo.

Ella lo deseaba, y él no quería más que pertenerle. Sería una completa falta de respeto a toda esa belleza no tomarlo, así que cuando ella lo besó, y él le devolvió el beso hambriento. Nunca se había visto a si misma como alguien particularmente posesivo, pero quería tenerlo todo de él en ese momento, sus miradas, sus caricias que la hacían estremecerse, sus besos, todo. Abrazarlo y besarlo no era suficiente, por lo que incluso lo mordió, a lo que él respondió con un gemido delicioso.

Al final tal como había previsto, el agua acabó saliendo de la bañera, pero a Jolyne no podía importarle menos en ese momento. Su mundo estaba lleno de dorado y turquesa. Era demasiado fácil perderse a si misma en él, en su marido. Por primera vez se abandonó completamente ante él y confió plenamente en que estaría a salvo.

Se sentía completa, como si hubiese encontrado algo que no sabía que se le había perdido. Si hubiese sabido más de filosofía, quizás le habrían venido a la mente las teorías de Platón sobre las almas gemelas. Esas teorías que contaban que los seres humanos habían nacido siendo cortados por la mitad, y su eterna busquedad del amor no eran más que intentos de volver a encontrar a la parte que les había sido robada de nuevo. Así era como se sentía, completa no solamente en un sentido físico, sino espiritual. O quizás no habría pensado en nada de eso, en ese momento solamente tenía espacio para pensar en Giorno.

Bloody Golden Butterfly (JJBA Fanfic) (Giorno x Jolyne)Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu