12- Love and war

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-No puedo decirte donde estoy, pero te prometo que te mandaré dinero si me dices que ha pasado -le dijo Jolyne tratando de no sonar desesperada.

-Bueno, ahora que mencionas el dinero, no voy a quejarme, pero un tipo ya me ha pagado antes por esto -le dijo Gwess desde el otro lado de la línea- Pero siéntete libre de pagarme más, no me voy a quejar. De todas formas, ¿por qué nunca me dijiste que tu papi era tan sexy? -como Jolyne no le contestó a eso siguió- Yeah, el señor Kujo se parece un poco a ti, pero de de una manera muy edgy pero sexy a la vez -Gwess se rio sola de su propio comentario- Me dijo que si te ponías en contacto te dijeses que tu madre está con él y que tus amigos están bien. Bueno, supongo que debería de llamarle para contarle esto y me pagará más...

Sin decirle ni una palabra Abbacchio le quitó el teléfono, abrió el aparato, sacó la SIM y la partió por la mitad.

-Bueno, pequeña rata mono, ahora ya sabes que tus padres están bien, osea que para de llorar y vamos a casa antes de que Trish decida, Dios no lo quiera, ir a un sex shop.

A pesar de que estaba un poco decepcionada por no haberse podido informar más sobre la muerte del Padre Pucci, Jolyne se encontraba de bastante mejor humor después de tener por fin información sobre su padre y sus amigos. Viendo el gesto severo de Abbacchio supo que no estaba mintiendo tampoco, osea que no se iba a quejar por irse ya.

El camino de vuelta a casa fue sin incidente salvo por una pequeña pelea entre Abbacchio y Narancia cuando le pidió el teléfono para avisar a Bucciarati de que estaban de regresando. Obviamente Abbacchio informó a Bucciarati del incidente del teléfono y él tendría que contárselo a Giorno. La mayoría de las compras habían llegado antes que ellos, así que Jolyne podría irse a ser distraída con unas cuantas doncellas para colocarlo todo

-Ciao, ¿lo habéis pasado bien? Cuando me llegó la factura, sabiendo que Trish estaba a cargo, empecé a pensar que podríais haber tenido algún problema en mitad de las compras -les saludó Giorno desde la entrada, fingiendo que simplemente estaba pasando por ahí y no que los estaba esperando.

-Pff, no me ha dejado comprarle nada. Ya me ha contado convencerla para comprarse un perfume en vez de elegir cuatro como base, y encima ni ha querido oír hablar de vestidos de gala o de joyería -le dijo Trish- Mi Sorellina es demasiado modesta, pero ya me las arreglaré para consentirla.

-Por supuesto, estoy seguro de que lo lograrás -se volvió hacia Jolyne- Están llevando las cosas a tu habitación, estoy seguro de que querrás supervisar donde se colocan las cosas.

Jolyne no era idiota, sabía que estaba intentando educadamente de pedirle que se fuera y les dejase hablar a solas. Bueno, se iría con dignidad, abrazando su enorme delfín de peluche. Las doncellas eran amistosas y aunque algunas no hablasen demasiado inglés todas hacían lo posible para comunicarse con ella.

No tuvo que hacer demasiado, osea que tomó una ducha después de que las eficientes doncellas colocasen todas las cosas y se fue a leer Crepúsculo. Había visto las películas, pero nunca había leído los libros. Parecía apropiado empezar a leer ese tipo de cosas ahora que estaba huyendo de un vampiro psicótico obsesionado con su esencia como James en la historia.

Mientras, los otros tres acompañaron al Don a su oficina, ninguno de ellos parecía contento de estar allí, ni siquiera el propio Don.

-Antes de que empieces, la decisión de dejarle el teléfono fue solamente mía. Ellos no tienen absolutamente nada que ver en esto -le dijo Abbacchio con firmeza- Osea que si vas a gritarle a alguien, déjalos fuera de esto.

Giorno se pinzó el puente de la nariz sintiendo otro dolor de cabeza surgir con fuerza. El dolor de cabeza que no lo abandonaba desde que cogió el vuelo a Florida una semana atrás. Lo último que quería era regañar a sus más cercanos, pero parecían no entender la seriedad de la situación. No entendían de todo lo que Donatello era capaz o la fuerza con la que deseaba a la chica sin importar a quien matase en el camino. Y si alguien se las arreglaba para secuestrarla no se quería imaginar lo que ese monstruo le haría, la hacía sentir nauseas. 

Bloody Golden Butterfly (JJBA Fanfic) (Giorno x Jolyne)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora