Bloody Golden Butterfly (JJBA Fanfic) (Giorno x Jolyne)

40. Take me to church

-No es que me esté escapando de los entrenamientos -le dijo Jolyne a Shizuka intentando ser todo lo formal que podía- Lo que estoy haciendo en fingir saltarme los entrenamientos un par de días a la semana siguiendo nuestro plan para atraer la atención de nuestros enemigos.

-¿Saliendo y yendo de compras a una de las ciudades más caras y bonitas del mundo? Seguro, vas a pasarlo fatal saliendo por ahí con Giorno -le contestó Shizuka con el tono cargado de sarcasmo.

-Bueno, no es mi culpa que el lugar más cercano a Air Suplena Venecia -canturreó Jolyne- ¿Sabías que el palazzo de Giorno en Venecia tiene duchas con hidromasaje?

Entre las quejas de Shizuka Jolyne terminó de recoger las pocas cosas que iba a llevarse a Venecia. Por lo que sabía, seguramente habían llevado sus cosas de Roma directamente, por lo que no tenía demasiado sentido hacer maletas, no era como si fuese a necesitar ropa para entrenar allí. O al menos de verdad esperaba no necesitarla. Conociendo a Lisa Lisa no tenía muchas dudas de que la viejas fuese capaz de meterle un equipamiento de entrenamiento entero para que no se saltase sesiones los pocos días que estuviese fuera.

En ese caso quizás podría haberse arrepentido de haberse dejado atrás las ropas para entrenar, lo que inició un pensamiento que empezó a reconcomerla por dentro. ¿Habría alguna tienda deportiva en Venecia? Por lo que ella al menos sabia, el lugar estaba lleno de museos y de casas de gente ultra rica. No tenía dudas de que habría tiendas de todo tipo, pero no de ropa normal. Sabía que no iba a encontrar algo como un Target para comprar un chándal y unas zapatillas deportivas. Además, conociendo ya a Giorno sabía que era capaz de llevarla a un centro comercial de super lujo que vendiese ropa deportiva para la realiza europea. Al pensar en eso se le vino algo que Trish le había dicho a la cabeza, y es que se suponía que ella misma era algo así como de la realeza europea, Lady Joestar.

Pensando en todo el caos que había ido llegando en su vida desde... Bueno, desde hace unos meses y especialmente desde que se escapó de Donatello no parecía tanto, pensó de camino a ver a Giorno. Entre otras cosas, sabía que al menos Giorno la respectaba lo suficiente como para contarle que era exactamente lo que estaba pasando y que era lo que se iba a hacer al respecto y todo lo que había planeado para más adelante.

Shizuka la despidió con un gesto según abordaba el barco que la llevaría a Venecia. No era el mismo que habían usado para transportar a Donatello, este era mucho más grande y tenía más personal. Cuando el barco iba a mitad de camino sintió como su animo decaía sin que pudiera hacer nada por evitarlo al mirar las aguas en las que fueron atacados por Pokémon y en las cuales fallaron la misión.

Una vez llegaron al puerto casi se sintió como una famosa cuando fue personalmente escoltada por gentes vestidas en trajes negros, sus guardaespaldas. Parecía que el plan era llegar discretamente al nuevo palazzo, a donde pondría cambiarse de ropa de su uniforme de entrenamiento a algo que pegase más con el lugar. Los escoltas casi parecían decepcionados de que no llevasen varias maletas, y es que eran demasiados para atender a una sola persona.

Habían preparado otra embarcación menor para llevarla a través de los canales, una que era dirigida directamente desde la proa. Jolyne, junto a los guardaespaldas, navegaron a través de los canales principales hasta ir llegando al área de la ciudad donde estaban las casas más caras. El barco se movió rápido y el trafico era menos denso según se iban adentrando en la parte cara, osea que pudieron llegar al embarcadero del palazzo en a penas unos diez minutos.

Después de que Jolyne saliese del barco este empezó a moverse otra vez llevando a los guardaespaldas con ellos, que seguramente iban directamente a atender cualquier clase de tareas ya no relacionadas con ella.

Se encontró a su madre esperándola en la entrada. Aunque Jolyne se hubiese vestido ya de manera más apropiada se habría sentido poco preparada para el palazzo del siglo XVII lleno de frescos originales, pero eso no le importó a Marena que fue directamente a abrazarla.