Bloody Golden Butterfly (JJBA Fanfic) (Giorno x Jolyne)

13. Wings of a butterfly

Incluso aunque fuese de noche había unas luces estratégicamente colocadas y luna llena, osea que el jardín se veía y era hermoso. Estaba demasiado cerca de la ciudad para ver bien las estrellas, pero lo suficientemente lejos para que la vegetación apagase los ruidos.

Jolyne había estado ahí durante su intento de escape, pero no era lo mismo ver la densa vegetación, las ruinas románticas y el lago mientras trataba de esconderse que poder apreciarlo. No estaba acostumbrada a ver jardines como ese; claro, el jardín de Giorno tenía el típico césped y las flores, pero la exuberancia de este estaba muy lejos de parecerse a el  jardín común ordenado al que ella estaba acostumbrada.

-Entonces, ¿por donde empezamos?

Jolyne se volvió hacia el, pensando un poco antes de decirle finalmente:

-Sinceramente no sé mucho sobre nada, osea que empezar por el principio sería lo mejor.

Giorno le hablo sobre el chico adoptado por la familia Joestar, luego sobre las mascaras de piedra y los vampiros. Sobre como robo un cuerpo y como el hombre que ya no era humano desde hace mucho continuó siendo malvado y trayendo al mundo niños por los cuales nunca se llegó a preocupar. Le dijo que cuando estuviera lista le presentaría a un amigo de su padre, aunque quizás lo encontraría bastante distinto a lo que estaba acostumbrada.

Le hablo de cuando tenía solamente 15 años, de tener un sueño más grande que él y ganar una familia solamente para perderla poco después. De creer que había completado su sueño, viendo después que su sueño solamente era el principio de su vida y no estaba seguro de como iba a poder manejarlo. Sobre el Doctor Kujo contándole quien había su padre y advirtiéndole que le haría si se atrevía a intentar seguir su camino. Sobre Pucci y sus palabras sobre la grandeza de su legado. Una vez empezó a habla fue más sincero de lo que nunca solía ser, porque también le habló sobre estar asustado. Estar asustado e intentar esconderlo y acabar llamando a Pucci. Sobre su enorme decepción al descubrir que su supuesta familia resultó ser... Bueno, Donatello.

-Donatello... ¿Él fue quien asesino a mi bisabuelo, no? Quiero decir, todo pasó muy rápido cuando lo dijo, estoy hablando de Joseph Joestar -dijo ella casi sabiendo la respuesta.

-Pucci nos dijo que la sangre Joestar nos daría más poder, pero yo lo ignore. Nunca me preocupé por todas esas cosas... La única cosa que me llamó la atención fue lo de traer de vuelta a la gente, por lo que no presté suficiente atención a lo que quería Donatello hasta que fue muy tarde -no era capaz de mirarla, en lugar de eso extendió la mano para ayudarla a cruzar el pequeño puente que atravesaba un arrollo. Por supuesto ella ignoró la oferta de ayuda y simplemente atravesó el obstáculo saltándolo-Joseph Joestar fue un hombre valiente. No lo conocía más de unos minutos, pero murió salvando a su hija, la niña a la que Donatello iba a matar sin misericordia. Fue un héroe hasta el final.

-Shizu... -susurró Jolyne- Voy a matar a ese cabrón.

-Había otro hombre, un tal Josuke. Fue capaz de curarla muy rápidamente con su Stand -le aclaró tratando de consolarla.

-Ni siquiera sabía que el tio Josuke tenía un Stand... -Ella suspiró con pesadez y se apoyó contra la barandilla del puente. En la oscuridad no podía ver demasiado- Ahora sé que lo hicieron tratando de protegerme, pero... Es raro cuando lo piensas, que tu sepas más de ellos que yo.

Ni siquiera tenía que conocer tanto a Jolyne como para notar lo que le estaba pasando, acelerando el pestañeo estaba tratando de retener esas lagrimas no derramadas.

Había llorado hace tiempo por la muerte de su bisabuelo y por la perdida de su familia, lo había hecho muchas veces estando a solas. Pero había sido como llorar por una mentira, la verdad recién descubierta era aun más dolorosa, la quemaba por dentro. Últimamente se sentía como una niña llorona, especialmente ahora que no podía luchar activamente. ¿Qué podía hacer a parte de llorar? Que les jodieran a todos, si necesitaba llorar lo iba a hacer donde fuera, pensó, sintiendo como las lagrimas caían con rabia.