𝙩𝙧𝙚𝙞𝙣𝙩𝙖 𝙮 𝙪𝙣𝙤

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Cuando creyó que sus vacaciones serían algo aburridas, sus amigos le agregaron un poco de diversión con sus mensajes y sus desastrosas videollamadas, Chenle siempre sufría con su internet, por lo que quedaba congelado por unos instantes, mientras los demás seguían con su plática. También llegó a hablar con Jaehyun, quien le comentó que había ido a vacacionar a Estados Unidos, donde parte de su familia vivía.

Quien también alivió un poco el aburrimiento de sus vacaciones, fue Mark. Se mensajeaban durante el día y hablaban por llamada telefónica durante la noche, todo por invento de Mark, quien le daba pereza continuar escribiendo.

¿Qué hiciste hoy? —cuestionó el mayor desde la otra línea.

Donghyuck se encontraba acostado a los pies de la cama, contemplando el pulcro y blanco techo.

—Supongo que nada nuevo, salí al centro con mis padres —respondió—. Creo que me lo veía venir, estoy en una edad donde salir con mis padres ya no es tan divertido. Cuando vivía aquí, me la pasaba saliendo con mis amigos y así me divertía, pero ya no tengo ninguno aquí.

Eso es una pena. ¿Acaso se pelearon?

—Nos alejamos al terminar la secundaria, yo me fui y no supe más de ellos, y en mi barrio vive mucha gente adulta —inconscientemente jugaba con su cabello.

Me pasó lo mismo, pero un día me encontré con uno en el supermercado y de allí nos contactamos de nuevo, contactamos al resto del grupo y así entablamos relación otra vez —la voz de Mark sonaba más grave y serena de lo normal, de alguna manera relajaba al moreno.

—No puedo creer que tengas más amigos, Lee —bromeó.

Eres el rey de la comedia, Hyuck.

—Continúas llamándome así... —mordió su labio, sin saber qué esperar como respuesta.

Es lindo. Y más corto.

—Sé que soy lindo —otra broma más.

Lo eres.

El peligris quedó en silencio por unos instantes, removiéndose un poco en la cama, sin saber como sentirse ante tal respuesta, por suerte Mark no podía verlo, sino que sería patético.

—Gracias.

De nada —respondió como si nada—. Oye, ¿cómo está Renjun?

La pregunta sorprendió al menor.

—Él está muy bien, realmente es fuerte. Yo no hubiera podido salir de la cama, si fuera él —rio sin gracia.

¿No te consideras fuerte?

—Mmh, creo que no tanto —se arrepentía de haber tirado ese comentario.

Pues, quizás deberías mirarte mejor, porque claramente te estás perdiendo de algo —alegó el mayor con el mismo tono de voz dulce.

—Tú siempre sabes qué decir.

Tal vez.

—Oye, ¿nunca tuviste algún indicio o sospecha sobre lo que hacía Jaemin? —quizás sí estaba siendo muy curioso.

Jamás. Puedes preguntárselo a Chenle. Jaemin nunca compartía absolutamente nada de su vida, ni siquiera sabíamos si era humano o no.

El moreno rio por el tonto comentario.

—Si tanto querían estar juntos, tendrían que haber elegido otro camino, por supuesto, hablo por Jeno, aunque Jaemin de alguna manera se vuelve su cómplice, no lo sé —giró sobre su cama, quedando de lado, allí notó que el reloj de su mesa de noche marcaba las dos de la mañana.

𝘋𝘰𝘯'𝘵 𝘊𝘳𝘰𝘴𝘴 𝘛𝘩𝘦 𝘓𝘪𝘯𝘦 ─ 𝙈𝘼𝙍𝙆𝙃𝙔𝙐𝘾𝙆Où les histoires vivent. Découvrez maintenant