𝘋𝘰𝘯'𝘵 𝘊𝘳𝘰𝘴𝘴 𝘛𝘩𝘦 𝘓𝘪𝘯𝘦 ─ 𝙈𝘼𝙍𝙆𝙃𝙔𝙐𝘾𝙆

𝙙𝙞𝙚𝙘𝙞𝙣𝙪𝙚𝙫𝙚

Mark daba vueltas y vueltas en su cama, la luz qué entraba por la extensa ventana, ya comenzaba a ser molesta, rodó un par de veces más en su cama, hasta que finalmente se despertó, buscó su teléfono bajo la almohada, la hora que este le marcaba era las once de la mañana.

Miró al otro extremo del cuarto, y ahí estaba Donghyuck, ya despierto, viendo algo en su celular. El mayor en silencio se levantó de la cama y se metió directo al baño.

—Mark, ¿tienes algo qué hacer ahora? —cuestionó el moreno cuando su compañero salió del baño.

—No, realmente...

—¿Quieres salir a algún lado?

El mayor estaba algo sorprendido, nunca se habían dado situaciones así en el tiempo que llevaban siendo compañeros de habitación, a excepción del día anterior.

—Está bien, ¿a dónde iremos?

...

—¿Qué es lo que debes comprar aquí? —preguntó el mayor, revisando las películas en el estante.

Donghyuck revisaba los discos en la sesión de música.

—Nada, solo me gusta venir aquí —indicó el moreno, mientras continuaba en lo suyo.

—¿Hablas en serio?

El menor asintió.

—¿Realmente tienes qué hacer todo lo que se supone que debes hacer? —cuestionó Donghyuck sin mirar a su compañero.

—¿Qué?

Donghyuck suspiró y dejó de lado el disco que estaba revisando, para mirar a su compañero.

—¿No puedes ir a la biblioteca solo porque te gusta la tranquilidad que hay allí, o al centro comercial a ver las vidrieras con ropa?

Mark nunca lo había pensado de esa manera, si iba a un lugar era porque debía hacer algo, quizás debía tomarse el tiempo para ver las cosas desde otra perspectiva, una donde puedes simplemente disfrutar hasta de lo más insignificante.

Le sonrió al menor y continuó mirando las películas del estante y disfrutando de la música que ponían.

Luego de unos minutos, salieron del lugar, sin rumbo aparente.

—Tenían todas las películas de Spider-Man, juntaré dinero y las compraré a todas. ¿Te gusta esa película?

—Te seré sincero, nunca las vi —el mayor lo detuvo.

—¿De verdad?

—Hablo en serio —Hyuck rio ante la sorpresa de Lee—. Pero si me hablas de ellas, puede que decida verlas.

De alguna manera, Mark lograba sentirse cómodo alrededor de Donghyuck, cada vez que hablaba de sus cosas, este nunca lo juzgaba, ni siquiera de sus gustos. Todo lo contrario de Wendy, que si no compartían los mismos gustos que ella, te juzgaba, de la manera más sutil, pero juzgándote al fin.

Se detuvieron en un puesto en la calle que vendía helados, Mark se ofreció a pagarlos y así continuaron su caminata, conversando y disfrutando del clima.

—¿Quieres ir al cine? —Mark no lo pensó tanto y accedió.

Buscaron el cine que se encontrara más cerca y tomaron rumbo a este. No había muchas películas interesantes, al menos guiándose por sus portadas, así que buscaron una por una en internet, para al menos tener una idea de que iba cada una. Eligieron la que parecía más o menos relevante y Donghyuck pagó las entradas, junto a un bote mediano de palomitas.