𝙙𝙤𝙨

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El menor entró con el mayor de los sigilos a la habitación, de seguro su compañero ya estaba dormido. Caminó por el corto pasillo con la frazada bajo el brazo y su teléfono en su mano libre, Mark dormía plácidamente en su cama.

Te dejaré dormir por ahora, pero mañana no te salvarás, pensó el moreno en lo que acomodaba la cama ajena para dormir.

Estaba a punto de acostarse en la cama de Mark, cuando este se despertó algo desorientado, prendió la lámpara colgante que estaba a un lado de la cama y se sentó. Tenía los ojos algo rojos e hinchados, parecía que había estado llorando.

—¿La lavaste? —preguntó el canadiense con su voz ronca.

—Sí.

—Espero que no se vuelva a repetir.

El moreno recordó lo que su amigo le había contado; de Mark y su novia, teniendo relaciones en su habitación. Se incorporó en la cama ajena y prendió la lámpara colgante.

—Y tú, ¿alguna vez tuviste sexo con tu novia aquí? —cuestionó el menor.

Esta pregunta tomó por sorpresa al canadiense, lo miró confundido.

—Qué mierda-

—Contesta.

El mayor dudó un poco en decirle la verdad, fueron varias las veces donde llevó a su ex al cuarto, sin tener planeado el tener sexo, pero terminaban haciéndolo.

—Sí —respondió rendido el canadiense.

—¿Y lo hiciste en mi cama? —el mayor quedó atónito.

—No soy un pervertido-

—¡Responde!

—N-No lo sé, Q-Quizás —trató de recordar.

—Eres un maldito, y así te atreves a reprocharme, en cuanto tú hiciste lo mismo.

—Fue solo una vez y sí lavé tu frazada —el canadiense trató de defenderse.

—Pero de igual forma, sobre mi cama hubo dos fluidos- —Donghyuck mismo se interrumpió, creyendo recordar la vez que aquello ocurrió, una vez que su frazada estaba limpia y con rico olor, en cuanto él nunca la había llevado a la lavandería—. Oh, mierda... ¡Eres un maldito!

—Pues, entonces, vuelve a masturbarte y vuelve a ensuciar mis frazadas —propuso el mayor alterado—. De todas formas, sé lo pervertido que eres.

—Bien, eso haré. Aunque de igual manera no es justo, porque sobre mi cama había dos fluidos diferentes —el menor comenzó a bajar su pantalón de pijama.

—¿Qué-

El moreno comenzó a acariciar su miembro por encima de su ropa interior, mientras mordía sus labios.

Mark estaba estupefacto, no creía que el moreno lo iba a hacer justo en ese momento, no tenía sentido. Clavó su mirada sobre la pared, sin entender por qué su cuerpo no se movía, fácilmente podía salir corriendo de ahí.

Mientras tanto, el moreno comenzaba a excitarse de sobre manera, quizás era porque se estaba tocando frente a otra persona, al pensar en eso, era inevitable no jadear. Sacó su pene erecto fuera de la ropa interior y comenzó a masajearlo de manera repetitiva, tirando su cabeza hacia atrás.

El mayor escuchaba los quejidos de su compañero y seguía sin poder creerlo, en cierto momento, escuchó como este se movía sobre el colchón, giró su cabeza pensando que Donghyuck se había arrepentido y que se salía de su cama, pero al llevar su vista hasta el otro extremo de la habitación, vio que el moreno se había puesto boca abajo, con sus rodillas clavadas en el colchón, elevando su trasero y su mano derecha que antes estaba atendiendo su miembro, ahora estaba sobre su trasero, específicamente sus dedos. Su cabeza estaba apoyada sobre su brazo izquierdo, mordiéndolo en ocasiones.

Cuando sus miradas se cruzaron, quedaron allí, clavadas en la otra, mirándose fijamente. El rostro del menor estaba todo sonrojado, al igual que sus labios, los cuales había estado mordiendo, sus ojos se veían oscuros pero brillosos a la vez.

—A-Aah... Mgh —gimió el moreno sin bajar la mirada, para luego morder su brazo.

Por alguna razón, la respiración de Mark se había desestabilizado, y sentía su rostro arder, pero lo que más lo desconcertó, fue que su miembro comenzaba a doler.

—S-Se supone que de-debes tocar tú-

—Mgh- Cállate, M-Mark... —interrumpió el moreno con un gemido.

Sin quejarse, el canadiense se quedó en silencio, viendo con atención como los tres dedos del menor, entraban y salían de su trasero, al mismo tiempo que movía su cadera.

—S-Sí, ah, o-oh por Dios —el menor estaba cerca.

Llevo su otra mano a su pene para comenzar a bombardear. Era un desastre sobre la cama y el hecho de saber que Mark lo estaba observando, por alguna razón lo calentaba más, ya no pudo controlar lo que salía de su boca, menos cuando abrió los ojos y se encontró con aquella mirada curiosa.

Continuó por unos segundos más, hasta que, por fin, su orgasmo lo atropelló, volviéndolo aún más ruidoso y provocando que todo su cuerpo convulsionara por la excitación. Toda su semilla terminó manchando aquella frazada azul, que hacía nada había lavado.

Cerró sus ojos y escondió su rostro bajo su brazo, tratando de regularizar su respiración. Sintió que la manta bajo él se movía, y al levantar la cabeza se encontró con el canadiense, todo serio, tirando de la manta.

—Iré a lavarla —soltó secamente.

Como pudo, el menor se levantó de la cama, con todo su cuerpo como gelatina se metió al baño sin mirar a su compañero. Al prender la luz del pequeño cuarto, notó su desaliñado aspecto frente al espejo y recién ahí, llegó todo el bochorno, se había masturbado frente a Mark Lee, lo había mirado a los ojos y básicamente, había gemido su nombre, pero lo peor de todo el asunto, lo había disfrutado.









































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este fic, es básicamente, smut con una ligera trama🤠

𝘋𝘰𝘯'𝘵 𝘊𝘳𝘰𝘴𝘴 𝘛𝘩𝘦 𝘓𝘪𝘯𝘦 ─ 𝙈𝘼𝙍𝙆𝙃𝙔𝙐𝘾𝙆Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora