𝙫𝙚𝙞𝙣𝙩𝙞𝙨𝙚𝙞𝙨

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⚠︎
contenido adulto

—¿Alguna vez hiciste el sesenta y nueve?

—¿Qué? —preguntó el moreno atónito.

—Si lo hiciste...

El menor negó.

—Yo tampoco, podríamos intentarlo, ya sabes, para no hacer ruido —sugirió el mayor, sin una pizca de pudor.

—¡¿Estás loco?! —lo regañó en voz baja.

—¿Qué tiene de malo?

Estuvieron discutiendo por media hora sobre el tema, Donghyuck nunca había hecho algo así, ni con Taeil, ni con ninguna otra pareja sexual, estaba abierto a probar nuevas cosas, pero no en una casa ajena, en la casa de los padres de Mark. Pero debía admitir que estaba algo caliente, y quizás eso sería una buena idea, antes que tener sexo.

Se dio por vencido y accedió, sin saber cómo continuar, pero por suerte, Mark se encargó de todo.

Con una sonrisa, se acercó a atacar esos labios rojizos nuevamente. El menor no se quejó ante ello, mucho menos cuando Mark fue tomando sus prendas y quitándolas de su cuerpo. Donghyuck se quejó y también comenzó a retirar la ropa del mayor, quedando ambos por igual.

—No estés tímido, bebé —sonrió el canadiense, dejando un besito en los labios del menor.

Donghyuck lo empujó levemente por el pecho, fingiendo estar enojado, pero todo su pequeño show se cayó cuando Mark volvió a besarlo, esta vez mientras acariciaba su cuerpo.

Lee se alejó, acomodándose en medio de la cama.

—Ven aquí, bebé —el menor mordió su labio.

Tenía una gran vista frente a sus ojos, Mark acostado sobre la gran cama, desnudo ante él, apoyado en sus codos mientras le sonreía y le decía «bebé», sin contar su miembro erecto que se veía apetecible, disponible solo para él.

Intentó acercarse al canadiense, pero este lo detuvo levantando su mano derecha, para luego con la misma señalar hacia abajo y hacer la seña de girar, todo eso acompañado de una sonrisa pícara. Donghyuck moría de vergüenza, pero al mismo tiempo lo ponía a mil.

Mark conocía todo su cuerpo, pero aun así, no podía evitar que sus mejillas estuvieran como un tomate. Todavía estaba de rodillas sobre el colchón, inhaló y exhaló, para luego dar media vuelta, y gatear hacia atrás. Pero las grandes manos de Lee sobre sus caderas lo detuvieron, sin entender mucho, miró sobre su hombro.

—Espera —las manos de Mark hicieron presión, haciendo que el menor se sentará sobre la erección ajena—. Muévete un poco aquí, hermoso.

Sin querer, el moreno soltó un gemido, sentía el miembro de Lee entre sus nalgas, y sus manos en la cadera, ejerciendo presión.

—Shh, sin hacer ruido —recordó el mayor.

El moreno asintió en silencio, sujetándose de las piernas del mayor y comenzando a menear sus caderas, mandando descargas eléctricas a su parte baja, automáticamente tuvo que morder su labio.

—Mmh, así, bebé —acotó el mayor, mientras acariciaba una de las nalgas ajenas.

—M-Mark...

El moreno cerró sus ojos y se dejó llevar, moviendo más ágilmente sus caderas, recorriendo de extremo a extremo la erección de Mark y gimiendo por lo bajo.

—Quiero q-que lo metas, Mark —jadeo el menor, agachando su cabeza.

—No me podré- mgh, no me podré co-controlar, Hyuck...

𝘋𝘰𝘯'𝘵 𝘊𝘳𝘰𝘴𝘴 𝘛𝘩𝘦 𝘓𝘪𝘯𝘦 ─ 𝙈𝘼𝙍𝙆𝙃𝙔𝙐𝘾𝙆Where stories live. Discover now