VIII- Como en los viejos tiempos

Start from the beginning
                                    


Aunque juraría que se muerde la lengua para no decirme algo así como "Está bien que por una vez pruebes de tu propia medicina".

Nos sentamos en un claro rodeado de árboles, sólo escuchando el canto de los pájaros y un arroyo a lo lejos

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Nos sentamos en un claro rodeado de árboles, sólo escuchando el canto de los pájaros y un arroyo a lo lejos.

Me alegra y tranquiliza ver a Geralt recuperado, pues engulle hambriento la fruta que he recogido. El dulzón y pegajoso jugo de cada una de las frutas que devora se le escurre por la barbilla y tengo ganas de golpearme mentalmente porque se me pasa la idea de limpiar el rastro con la lengua.

Suspiro quedamente, mordiéndome el interior de la mejilla y me concentro en trocear con una de mis dagas un mango y comer de una forma mucho más civilizada.

Aunque reconozco que no he sido yo la que ha estado tres días sin comer nada sólido.


Me obligo a mirar a cualquier lado menos a Geralt, ya estoy arrepentida de todas las muestras de afecto que he tenido, como una chiquilla que no puede controlarse. Está perfectamente, ya no tengo la excusa del miedo a su muerte.

Paseo la vista por el claro y me quedo observando nuestras monturas, Sardinilla y Nyx, pastando tranquilamente, moviendo sus colas con satisfacción.

Pegadas la una a la otra, se han llevado bien desde el primer momento. La yegua marrón de Geralt es algo más grande que la mía nevada, pero seguro que más tranquila.


-Oye... Geralt.

-¿Hmm?- Responde con la boca llena.

-¿Tu primer caballo en Kaer Morhen no se llamaba también Sardinilla?- Pregunto extrañada, frunciendo el ceño. Lo escucho tragar.

-Así es.- Levanto las cejas, ya que nunca pensé que sería una persona tan sentimental.

-¿Hace mucho que tienes a Sardinilla segunda?- Pregunto sólo por el placer de escuchar su voz antes de irme otra vez.

-Unos años... no sabría decirlo. Aunque estoy seguro que ya es Sardinilla décimo-séptima.- Me volteo de golpe pensando por un momento que he escuchado mal.

-¿Has llamado a todos tus caballos de la misma manera?- Cuestiono boquiabierta. Se encoge de hombros.

-Ella no se ha quejado.- No puedo evitar carcajearme.

-¿La falta de imaginación es efecto secundario de la mutación o ya venía de antes?- Me burlo.

-Hmmm. Mierda.- Gruñe, volviendo a comer. Suspiro cuando el ataque de risa se va.

-Son los mejores amigos de un brujo, ¿verdad? Sus monturas.- Murmuro mirando a mi yegua, que cabecea juguetonamente contra Sardinilla mientras relinchan.

- Sí. Aunque maldiga cada vez que Sardinilla entra en pánico y me hace caer en mitad de una batalla, así como cuando gira de repente en una dirección distinta a la que pretendo mientras galopo hacia un destino con urgencia.- Ríe entre dientes.- Aunque me siento muy unido a ella y no la cambiaría por ningún otro caballo. Ni siquiera por uno que, al llamarlo, no se quedara indefenso y desamparado delante de un obstáculo en apariencia fácil de salvar, como una minúscula valla o un trozo de madera aislado. Ni tan siquiera por uno que a veces no acabara, de un modo incomprensible, bailando sobre el tejado de algún campesino.

-¿Qué?- Interrumpo divertida, pensando que es un chiste. Pero no lo es, ni siquiera una exageración.

-En fin, el caballo de un brujo no es un animal normal y corriente. Estar en contacto permanente con pociones mágicas y Señales debe de haberle dejado su huella.- Se encoge de hombros restándole importancia mientras se me escapa una carcajada.

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
THE WITCHESS //  The Witcher fanficWhere stories live. Discover now