Justicia Divina

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Eran las seis de la tarde en la Ciudad del Vaticano. Reporteros de varios países se encontraban dando las primicias al mundo sobre la prolongación de la clausura de la Plaza de San Pedro y sus alrededores.

—El Papa Juan Pablo III, ha solicitado el cierre total de la Plaza de San Pedro desde la mañana de hoy, y en este momento cuando son exactamente las: 21:15, aún continúa clausurada. Recordemos que algo como esto, no ocurría desde la pandemia que asechó al mundo hace 18 años —dijo una reportera ante las cámaras—. Algunos generan hipótesis relacionadas con problemas de salud de nuestro Santo Pontífice, y otros, que este acto tiene similitud con los atroces crímenes propiciados en Estados Unidos, por el denominado: "Verdugo del Triángulo. Hechos que están vinculados con el Escritor Evan Houston; presunto sospechoso de todos estos eventos. ¿Será esta acaso una posible advertencia del supuesto Apocalipsis? Los mantendremos al tanto. Informó para ustedes: Sofía Bachmann.

Evan Salió de un aposento, luego de tomar una ducha. Se había despojado de la vestimenta de sacerdote. Ahora, portaba la misma ropa que el día de su aprehensión. Afuera lo esperaba Amanda, mostrando una sutil sonrisa.

—Eres el primer hombre no clérigo que se ducha en este lugar.

—¿En realidad se creen santos?

Ella respiró profundamente y se apegó a una pared contigua.

—¿Me lo preguntas a mí?

—Hablo en general. Dudo que si realmente existe un Dios, esté de acuerdo con todas estas mentiras. Tienen el cadáver de San Pedro en una galería.

—¡No es una galería! Se trata de una cripta sagrada.

—Eres igual a ellos.

—¡No te atrevas a juzgarme, Evan! Todos tenemos una historia distinta. Si intercambiáramos lugares, estarías intentando convencerme de lo que eres realmente, para que la sombra de tu pasado no empañe tu presente.

Evan bajó la cabeza durante un par de segundos y luego la vio nuevamente.

—Lo siento... He estado bajo mucha presión. Nada de esto parece tener sentido. ¿Sabes algo...?, intenté comunicarme con mis padres, pero me han bloqueado los accesos. A pesar de que fue con este dispositivo que me dio Anne Bells. Ellos creen que soy un criminal.

—Nadie más sabe que estás aquí. Para ellos continúas tras las rejas.

—Si voy a morir aquí, me gustaría conversar con ellos una última vez... Es irónico, porque muchas veces inventaba excusas para no pasar navidad en mi hogar.

Amanda se aproximó a él y tomó su rostro con ambas manos.

—No voy a permitir que te suceda nada, Evan. Aún hay esperanza. Confío en que la Policía de Milwaukee logrará dar con el paradero de Roy.

—Ese no es el problema, y lo sabes...

—¿Crees que cuando la encuentren sea tarde?

—Precisamente eso es lo que temo.

De pronto, Amanda vio que el dispositivo que llevaba Evan consigo mostraba una luz amarilla. Esto significaba que tenía un mensaje pendiente.

—¿Desde cuándo no revisas tu dispositivo?

—Desde hace un par de horas, cuando llamé a Canadá. ¿Por qué?

Amanda tomó su mano izquierda y desplegó el mensaje. En ese instante, apareció la imagen holográfica de Anne.

Evan, por favor comunícate conmigo. Es urgente; hemos hallado a Roy, pero..., creo que ya es tarde.

Amanda observó a Evan, y una lágrima emergió.

El Efecto TriánguloWhere stories live. Discover now