Resplandor del Triángulo

3 1 0
                                    

Luego de un largo recorrido, Evan llegó a aquel lugar en Ontario que le había indicado Peyton Trembley. Era un sitio vetusto, donde solo se hallaba una casa en deterioro y mucha hierva alrededor. Él aparcó su auto al frente de este lugar y se bajó lentamente. Luego, alguien abrió la puerta de la casa. Se trataba de Peyton, quien caminaba ladeando una de sus piernas.

—Así que tú eres el famoso Evan Houston.

—No creo merecer tanta fama. Supongo que usted es Peyton Trembley —dijo, aproximándose y estrechando su mano.

—Supones bien. Ven, pasa.

—¿No se molestan los Adams si llega visita?

—Buen chiste, Houston. Es justo lo que necesitamos en estos momentos.

—¿Necesitamos?

—Entremos... —dijo Peyton, sonriendo.

Ambos ingresaron a la casa y se dirigieron hacia el recinto principal.

—¿Te apetece algo de tomar?

—¿Es en serio?

Peyton sonrió.

—No es nada de aquí, Houston. Traemos nuestro propio alimento.

Evan comenzó a observar el lugar.

—Así que no está usted solo.

—No es recomendable venir solo a estos lugares. ¿Entonces...?

—...Un café estaría bien. Si no hay problema con la estufa.

—Me agradas, Houston. Ya regreso... Toma asiento.

—Puede decirme Evan.

—¡EXCELENTE! —gritó.

Evan estaba maravillado con la casa. Era grande para una familia numerosa; pero sumamente lóbrega como para residir en ella. De pronto, una mujer se acercó, portando una bandeja de metal con una taza de café.

—Su café, señor.

—Gracias... ¿Amanda? ¿Pero qué haces aquí?

—Ya veo que se conocen —dijo Peyton, acercándose a ambos.

—Esto es...

—¿Sorprendente? —preguntó Amanda.

—Algo...

—Amanda es mi asistente. Ella me ayuda con las grabaciones y captando señales paranormales.

—Sí. El Doctor Connor me dijo que era Experto en Ciencias Paranormales.

—Honor que me hace. Sé mucho sobre el tema. Por cierto, pienso escribir un libro de estos sucesos. Tal vez puedas darme algunos consejos.

—Debe ser un tema interesante; pero no soy el mejor dando consejos.

Peyton se sentó en un sofá amplio que se hallaba frente a Evan. Amanda colocó la bandeja sobre una mesa de madera que adornaba el centro, y se ubicó al lado de Trembley.

—Soy todo oídos, Evan.

Evan también se sentó en un pequeño sofá.

—Necesito que me diga qué sabe sobre Amelia Roy.

—¿Para qué necesitas esa información?

—Actualmente vivo en Milwaukee, Wisconsin. Casualmente, ella es originaria de esa ciudad.

—Las casualidades no existen, Evan. Había escuchado sobre ti, pero no sabía a ciencia cierta, que te encontrabas en Wisconsin. ¿Cómo fue que llegaste ahí?

El Efecto TriánguloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora