El Efecto Triángulo

Lidiando con la Culpa

Los habitantes de algunas ciudades de Wisconsin se encontraban en protesta. En una iglesia de Kenosha; un sacerdote y varios creyentes religiosos se encadenaron a las puertas de una iglesia, portando sobre sus cuerpos pancartas que daban un mensaje del apocalipsis.

En La Crosse, un predicador se situó al borde de la ruta que atravesaba al río Misisipi, sosteniendo una biblia con su mano derecha.

—EL VERDUGO DEL TRIÁNGULO NO ES MÁS QUE EL ANTICRISTO. ÉL, HA LLEGADO POR LAS ALMAS PURAS PARA ENTREGARLAS A SATÁN, COMO JUDAS ENTREGÓ AL CORDERO DE DIOS. ENTIENDAN EL MENSAJE DEL FIN DE LOS TIEMPOS —expresó el hombre.

Así, las comunidades comenzaron a salir a las calles, clamando al presidente y a todos los pueblos del mundo, que escucharan el llamado de Dios. La gran mayoría aseguraba que el falso profeta había llegado en forma de escritor; y el anticristo, era aquel que cumpliría esas supuestas predicciones, que llevarían al mundo a un abismo de caos y perdición.

Mientras todo esto ocurría, la Gobernadora designada a tomar el cargo se encontraba en el Capitolio de Estado, reunida con algunos miembros de la Corte Suprema.

—Como saben, yo estaré a cargo hasta que se lleve a cabo el nuevo proceso de elecciones. Sé que no estoy aquí por medio de una candidatura formal, pero no tenemos opción. El presidente ha puesto su confianza en mí, y no puedo defraudarlo —dijo Kelly Esing.

—Tomando las consideraciones del caso de Wayne, prefiero que usted esté al frente —dijo uno de los jueces.

—Gracias. Como ya sabemos la situación, es nuestro deber iniciar con las apelaciones sobre este asesino que todo el país está considerando un posible Charles Manson. Sin embargo, esta vez es diferente, y podemos deducirlo con tan solo observar los videos que muestran los asesinatos. Ahora muchos lo denominan: El Verdugo del Triángulo.

—Entiendo que la Interpol y Los Federales también están detrás de sus pasos —dijo otro juez.

—En efecto, así es. Ya pedimos a ambos organismos que se dirijan a Toronto en busca de Evan Houston. Será extraditado a los Estados Unidos y puesto en custodia hasta que todo esto termine.

—¿Y qué sucederá si es inocente? Un libro en la escena de un crimen puede significar también un método flagrante. Posiblemente una artimaña para inculparlo, dadas las circunstancias —dijo otro juez.

—Es cierto, pero eso solo lo averiguaremos con Houston bajo custodia. Si es la mente criminal detrás de todo, el conejo saldrá de su madriguera.

Una jueza se aproximó a ella, mostrando un gesto de enfado.

—No es correcto utilizar a las personas como señuelos, Gobernadora.

—Prefiero un señuelo, que continuar perdiendo vidas.

...

Emma llegó a Milwaukee la noche anterior al arresto de Evan. Ella entró al apartamento, sosteniendo su equipaje. En sus ojos se podía notar la enorme tristeza que la embargaba. Estaba devastada y sumergida en el dolor. La mascota de Evan: Rouse, se aproximó a ella y comenzó a mostrarle su afecto.

—Rouse; tu padre ha hecho cosas terribles. Creo que tendrás que venir conmigo.

Emma decidió dejar las luces apagadas y caminó hacia el sofá. Luego se sentó, cubriéndose los ojos. El llanto fue inmediato al recordar todo lo que había observado y escuchado sobre Evan.

—¿Por qué, Evan...?

—Porque es un cobarde —dijo una voz grave, proveniente del corredor.

Emma se levantó exaltada y comenzó a caminar en retroceso hacia la puerta principal.