Capítulo 32 El picnic

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Alex

Me siento lleno cuando estoy junto a ella, cada vez que la miro me derrito por sus ojos irresistibles, por ella. Nos quedamos 5 minutos hablando hasta que decido dar el paso de una vez por todas.

-Eyén, sé que he sido muy cobarde pero voy a dar el paso de una vez- expreso con mis manos temblando de los nervios - una vez me preguntaste si me arrepiento de mi pasado, pues no me arrepiento si eso me llevó a ti.

Veo a Eyén sorprendida y cada minuto me pongo mas nervioso, siento que mi cuerpo va a estallar en algún momento.

-Eyén eres la única persona con la que quiero pasar mis días, quiero verte crecer junto a mi, ser uno.

-Alex yo también quiero pasar todo el tiempo de mi vida contigo, sé que es un poco difícil, pero te quiero junto a mi -dice mirándome profundamente a los ojos.

-¿Quieres ser mi novia? -pregunto sin rodeos viendo como una cálida sonrisa aparece poco a poco en su rostro.

-Claro que quiero imbécil - me sorprende Eyén con un abrazo.

Ese sí hace que me relaje todo mi cuerpo y disfrute del precioso momento con ella. Tras pasar la noche junto a ella, bailando, charlando sobre nuestros gustos, sobre el futuro... un simple mensaje arruina el momento.

-Alex, tengo que irme ya a casa, mi madre me acaba de llamar que ha llegado del trabajo y que no tarde en llegar.

-No te preocupes ahora te llevo pija.

Mientras recogemos la manta de la arena, las luces y todo nos ponemos música y disfrutamos de lo que nos queda de noche, junto al mar.

-Vámonos -digo mientras le robo un beso a Eyén.

Al mirar el asiento de al lado, veo a Eyén dormida sobre la ventana ¡es preciosa la pija esta! no me cabe duda de que tengo mucha suerte de tener a una chica como ella a mi lado. Al llegar a su calle decido aparcar para observarla un poco mas, no me arrepiento de nada de lo que está pasando entre nosotros.

-Pijita, hemos llegado a tu casa, tienes que despertar ya -añado mientras le muevo el pelo hacia detrás de la oreja para observarla mejor.

-Me lo he pasado genial hoy Alex, gracias por la sorpresa tan bonita que me has hecho -me contesta mientras sale del coche y salgo a continuación de ella - Te quiero mucho imbécil.

-Yo si que te quiero pija, gracias por hacerme el hombre más feliz de la tierra entera.

Nos despedimos dándonos un fuerte abrazo con un lento beso apasionado ¡no me cabe duda de que estoy muy enamorado de ella!

El mar con nosotros imbécil (disponible libro físico en Amazon)Where stories live. Discover now