Capítulo 28 La pregunta

23 2 0
                                    

Eyén

Mis lagrimas empiezan a brotar sobre mis mejillas acaloradas de la tensión de mi cuerpo, mi intuición sabía que Mau lo utilizaría en mi contra, aunque no me imaginaba lo que dolería que lo hiciese. Mi cuerpo se encuentra paralizado y no puedo evitar mirar a Alex haciendo que mis lagrimas broten fuertemente de dolor.

No puedo soportar las miradas de lástima de toda la gente y salgo corriendo de allí como mis piernas me lo permiten, mi temor de que las personas me tengan lástima y me miren mal se acaba de aparecer como menos lo imaginaba. Mi corazón se acaba de romper en mil pedazos, pensar que no tengo el calor de mi padre me hace mucho daño y más cuando no tuve ni la suerte de conocerlo, pero lo peor es pensar en todo lo que ha pasado después. Pero cuando me doy la vuelta para salir de ahí, escucho a la gente chillar y al volverme veo a Mau bofeteando a Alex ¡que demonios! (No voy a permitir que el se meta en mis problemas sabiendo que pueden hacerle daño).

-¡Mau! ¡para! ¡por favor! -ordeno mientras empujo a Mau para que lo suelte pero la fuerza de él me supera.

Miro a mis lados ¿y Ethan? ¿y Daila? donde están por dios. Empiezo a gritar como una loca para que me escuchen cuando de repente aparecen.

-¡Por favor! ¡que alguien haga algo! - no me doy cuenta y veo a Ethan quien empieza a separarlos (menos mal).

Al levantarse Alex veo su cara herida, empiezo a sentir como el cabreo se apodera de mi al verlo en ese estado. Nuestras miradas se cruzan haciendo que el mundo desapareciese ante nosotros, mis ojos lo llaman y lo saco de allí pero no sin antes despedirme de Daila y Ethan quienes estaban en shock por todo lo que había pasado.

Al llegar al coche el silencio abunda entre nosotros dos y lo veo quejarse en silencio, la incomodidad me recuerda a la primera vez que nos conocimos, aquí en el lugar surgió nuestro encuentro, cuando me llevo a casa por primera vez.

-Vamos a mi casa, por favor -exijo mientras la voz se me corta con cada palabra.

-¿Vamos?

-Si, vamos los dos -ordeno.

-Vale -responde dudoso.

Al llegar los dos nos bajamos del coche, siento como Alex me busca con su mirada pero decido ignorarlo y lo llevo hacia la casa. Las luces apagadas hacen que me extrañe ya que mi madre debería de estar ya en casa así que decido llamarla para asegurarme de que todo va bien.

-Mamá ¿porqué no estas en casa? ¿ que ha pasado?

-Eyi, estoy en casa de Alicia, necesitaba mi ayuda y he tenido que venir a verla, en un rato tiro para casa ¿vale?.

-Vale mamá, tranquila, ten cuidado.

Cuelgo el teléfono y voy en busca de Alex ,al haber desaparecido, hasta que lo encuentro en el salón con una foto de mi padre y mía entre sus manos.

-Ese era mi padre -comento mientras veo como se gira para verme.

-Se ve muy feliz contigo.

-Lo fue, lastima que no pude disfrutarlo ni conocerlo -se forma un nudo en mi garganta haciendo que no pueda seguir la conversación.

-Eyén (pone sus manos sobre mi rostro) seguro que tu padre está contigo y orgulloso de tener una hija tan bonita como tu.

Sus palabras hacen que mi cuerpo se derrita ante él sin duda me alegro tanto de tenerlo junto a mi.

El mar con nosotros imbécil (disponible libro físico en Amazon)Where stories live. Discover now