NUESTRO PODER.

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INTRODUCIR: FARREWELL TO DOBBY

No era más de medio día y las cortinas de aquella ventana fueron cerradas para evitar que el sol entrase con fuerza. La habitación se oscureció un poco y la brisa del viento empujaba dichas cubiertas de tela hacia delante permitiendo que franjas de sol aparecieran y desaparecieran de las sábanas que cubrían a aquel hombre dormido en la camilla.

Delante de la camilla un chico estaba dando pasos hasta quedar al lado de aquel hombre donde, gentilmente acomodaría mullidamente la almohada que debajo de su nuca estaba. Al terminar esto, el chico tomo asiento en una pequeña banca al lado mientras pegaba sus piernas y dejaba caer ambas manos sobre los muslos de estas.

Su mirada se alzó.

―Siento no visitarte tan a menudo. He estado bastante ocupado, ya sabes, la U.A y todo eso me deja agotado. Pero ¡Ey! Últimamente creo que he ganado algo de valor.

Brazos vendados hasta los hombros.

―También siento que me he vuelto más fuerte.

Una franja de mechón oscura en aquel matorral verde que como cabello tiene.

―Pero, aun así siento que me falta algo.

En su rostro, por debajo de su ojo derecho, casi al inicio de su mentón asciende una cicatriz que atraviesa su ojo y termina en la frente. Su pupila verde distorsiona color con un tono gris que por veces, gracias a los rayos solares se puede vislumbrar.

―Seguramente cuando sepa que es, creo que tendré la suficiente armonía para poder hablar contigo como lo solíamos hacer hace años. ¿No lo crees, papá?

Una subyugada voz acompañada de un tono benigno. Era culpa en esa cuerda vocal que entono aquellas palabras. El chico se sentía mal al ver aquel rostro oscurecido por la sombra de la habitación. Ya ni si quiera podía formar algo cuerdo el ver ese rostro aun dormido.

"A veces deseo que no despertara".

―Incluso todas esas veces que me preguntaba por que no podía relacionarme con la gente era por que creía que los mentirosos eran malas personas y yo definitivamente era uno que sin duda debería morir. Pero ahora, no... ya debo para con esto. durante los últimos meses no he dejado de pensar y darle vueltas a lo mismo una y otra vez. Despues de todo nací siendo un tonto.

Izuku sabia que era verdad, era suficiente. Todas esas veces que caminaba por la ciudad sintiendo esa desagradable humedad tras la lluvia que se adhería persistentemente a su cuerpo, como si estuviera rodeado de niebla le causaba ansiedad.

Izuku dejo escapar un suspiro que fue absorbido por la frustración y cansancio. A este punto el ya no tenia que pensar en nada mas. Esos días que deambulaba por toda la ciudad como fantasma tenían que acabar.

―Han pasado muchas cosas desde que mamá y tu... ya sabes, tomaron distintos caminos. Tuve bastantes complicaciones para poder llegar aquí ―el chico soltó una pequeña risotada―. Creo que puedes verlo ―volvió a reir al hacer énfasis en sus heridas―. Lastimosamente también cometí errores. Uno de los mas grandes creo que fue ser descuidado. Quizás las cosas hubieran salido mejor pero, no es como que quiera decir que me siento arrepentido por que se de antemano que si no hubiera hecho las cosas como las hice, tal vez no estaría aquí. No hubiera reunido el valor suficiente para sentarme aquí.

Su cabeza se tambaleo hacia delante y hacia atrás como un columpio mientras tomaba un soplo de aire.

―También siento muchas cosas mas cercanas a mi que hace mucho tiempo sentía lejos. No se si puedas recordar aquella chica que era mi amiga. Justo unos meses antes de que mamá muriera. Aquella chica de cabello rubio y ojos ámbares de grandes colmillos. Himiko Toga. Siempre creí que quería comerme. Bueno, creo que por fin pude zanjar algo que dejé pendiente con ella. Claro, no creo justo que olvidarla sea lo correcto y por su puesto que no lo hago. Estoy... avanzando con ello. Creo que seguir adelante es lo correcto. De esta forma me siento más ligero.

Decay: LAUGHING BOY.On viuen les histories. Descobreix ara