Decay: LAUGHING BOY.

CAPITULO 24: DEVASTACION.

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FRAGMENTO 1: EL SUEÑO DEL HEROE-CIERRE.

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CAPITULO 24.

[DEVASTACION.]

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En un plano que va más allá de lo astral y poco menos de lo irreal. El sentía como una exageración pero también una inesperada verdad.

Mas que nadie él pensaba que si dejaba que las palabras de los demás lo dañaran, de esta forma él podría sentirse más libre. Esa necesidad de tener a alguien odiándote y dándote cuenta que el único funcionamiento de tu vida es el ser odiado y nada más.

Pero aun así, su cabeza siempre dolía. Seguía teniendo nauseas y en general, su cuerpo entero se sentía podrido y aun así...

Se sentía maravilloso, incluso majestuoso, al estar en tan hermoso mundo.

Entorno a todos sus sentidos, aquellos hermosos ojos verdes oscuros los cuales pierden el brillo momento tras momento, el pudo vislumbrar tras las ventanas de ellos una gran explosión en una infinita oscuridad. Era como si el mismo big bang ocurriera dentro suyo y en todo lugar.

Una luz que nace en medio de la nada y se expande hacia el todo.

Miles, casi infinitas y delgadas tiras de color plateado avanzan dejando a su paso destellos circulares de color blanco que poco a poco ilumina aquel espacio en blanco donde él se encontraba.

7 de julio, Tokio, clima despejado.

Un chico joven corría por la acera mientras explicaba frenéticamente por su celular el por que de su atraso.

Estar atado por objetivos y obligaciones es inconveniente, él pensó. Pero esa puede ser la única cosa que conecta a su actual yo con el de mañana.

Tan tranquilo en aquel lugar que ningún sonido mas que el de su respiración ondeaba por sus tímpanos como la brisa del viento. Por un momento, sintió como si alguien lo hubiera llamado pero por su puesto, tal cosa no solo no sucedió, sino que luego sintió que su nombre no tenia uso alguno y era mejor que sea olvidado.

El nuevamente cerro sus ojos y por un breve momento para volverse otra parte de la ola de masas pasando por los cruces peatonales.

Cuando abrió sus ojos otra vez, sintió como si hubiera regresado varios meses atrás, cuando aun era un don nadie.

El pudo sentir el anhelo nostálgico por la oscura realidad en la que se encontraba.

Un chico de cabello encrespado de color verde oscuro y ojos esmeralda brillantes con pecas en su rostro y algo bajo se encuentra, como si superara la ficción por encima de todos mirando a lo largo del lugar el mar de personas en aquel paso peatonal en el centro de musutafu.

Él se había vuelto fuerte.

Un cielo despejado, un aire fresco y las personas que caminan entre muchas mas se encuentran hombros con hombros, miradas con miradas en la cera de Musutafu.

Vidas tan normales como las de ningún otro.

En cierta calle, el escaparate de una tienda de televisiones permite ver el noticiero del medio día donde un hombre de cabello castaño y delgada musculatura se encuentra sentado al lado de una mujer de cabello rubio de coleta y ojos anaranjados tomando en sus manos un papeleo.