Nada de lo que mencionaba Carvin lo había comentado William mientras estuvo ayudándome. Y me resultaba sumamente extraño que no lo hiciera. Esto era importante. No es que ayudara de mucho la información, pero a mi ver, creo que era necesario saberlo.

Me tambalee un poco mediante el reciente mareo y el dolor de cabeza que volvía. Era momento de olvidarme por un buen rato de mi habilidad mental si no quería que las jaquecas me mataran de malestar.

-Dime que sucedió. - le pedí mas intrigado que nunca.

-Fue muy difícil. Estuve a punto de morir. Russell deja de verte como posible candidato si los primeros días no ve ningún cambio efectivo en ti. Es por eso que le es más fácil deshacerse de lo que no le sirve.

-¿Intento matarte? - cuestione, aunque sabía la respuesta por la forma en que su mirada se reafirmaba con odio.

-Lo intento. Mando a algunos de mis cadetes a botarme al exterior, para que después me mataran a tiros. Lamentablemente para Russell, ninguno de ellos tuvo el valor para hacerlo y me dejaron ir.

-Es por eso que ahora estas libre. Te recuperaste. - asegure yo.

-Le costó mucho a mi sistema adaptarse. Pase días agonizantes. Valiéndome por mi mismo en las condiciones en las que me encontraba. Después, día con día iba notándose. Mi agilidad y mi fuerza evolucionaron, junto con la regeneración en mi cuerpo. Luego ya era uno de ellos.

Estaba tan repentinamente fatigado que no sabía cuánto más soportaría de pie o consiente. Comenzaba a ver como todo el suelo se tambaleaba a mis pies. Debí haberme desmoronado tan bruscamente que de pronto ya estaba en el suelo de nuevo.

-Ahora debes regenerarte, Tyler. Has perdido mucha sangre. Estas muy debilitado. - le escuche hablar a Carvin tan difusamente que pensé que estaba muy lejos de mí.

-No. - afirme aunque todo estuviera en mi contra. - ¿Qué pasa si quieres matarme?

-No lo hago. No a ti al menos. - respondió con una seguridad inescrutable. - Tal vez al hombre que lleva tu sangre.

-¿Cómo es que debo confiar en ti?

-No debes confiar en nadie. Pero te aseguro que no es mi objetivo acabarte. - confeso él.

-Entonces... ¿Vas a irte de aquí? - comenzaba a oscurecerse mi visión y su rostro se perdía en nubosas manchas. Parpadee para evitarlo, pero no funcionaba.

-Contéstame una sola pregunta. ¿Cómo es que lograste escapar? - todo cada vez se volvía más denso e impreciso.

-Logramos escapar juntos. Lo hicimos. Ella ahora no está...

Y de pronto ya todo en definitivo se volvió oscuro. Mi cuerpo comenzaba a relajarse y mi cabeza a debilitar los latentes dolores. Sentía alivio a pesar de que estuviera con un hombre que apenas conocía y que sabía de mí.

Abrí los ojos de golpe y mis pupilas se dilataron por el choque de luz. Registre el lugar unas cinco veces antes de tomar asiento. Era una habitación totalmente desconocida para mí, así que salí de la cama de un brinco.

Revise todo mi cuerpo y note que la ropa que alguna vez había usado, había sido cambiada por otra nueva. Me inspeccione mis extremidades para asegurarme de que ninguna herida siguiera abierta. Todo estaba completamente sanado.

Como nada me era reconocido, tome la decisión de abandonar esa habitación. La luz provenía de afuera, del sol a plena hora del día. Me cubrí los ojos con la mano y espere a acostumbrarme a ella.

Return (en edición)Where stories live. Discover now