Matrimonio a cambio de Amor III (Trilogía)

Capítulo 27.

Después de todo aquello, era como estar en un sueño. Estábamos planeando la boda y todo lo importante que aquél evento necesitaba; amaba ver su cara cuando veía los arreglos o le preguntaban por los colores de los manteles. Su cara de ilusión y de que por fin uno de sus sueños se cumplía.

Cuando estábamos más jóvenes, recuerdo que siempre me decía que ella soñaba con casarse a temprana edad y tener hijos jóvenes; no cabe duda que todo lo que puedes pensar o soñar, se cumple sin que te lo imagines.

Decididos a que todos los preparativos iban a ser en la casa, no quería que mi mujer se expusiera a aquella vieja loca, tampoco quería que los paparazzis le tomaran fotos y saliera en revistas. La boda queríamos que fuera en una finca, con la naturaleza rodeándonos y por supuesto, antes de que nuestro pequeño naciera; así que nos estábamos dando prisa para que todo saliera tal y como lo soñamos.

Habíamos contratado a diez guardias de seguridad, para que no dejaran entrar a nadie y para que cuando saliéramos, de igual manera nos escoltarán. Queríamos que todo fuera secreto. Y al igual yo velaba por la seguridad de mi mujer y mi hijo.

No me gustaba dejarla sola, pero yo a veces tenía que ir a trabajar a la oficina y no podía estar completamente con ella. Su embarazo iba de maravilla, solo que conforme pasaba el tiempo, la inflamación en su costilla rota, aumentaba. Había noches que no dormía por el dolor y entre más siguiera creciendo mi hijo, peor se iba a sentir. También seguíamos viviendo con mis padres, era mejor que estuviera acompañada y cuidada; a que algo le pasará por mi culpa por no estar ahí. Todos mis hermanos la consentían mucho. Los viernes por lo general era noche de películas con toda mi familia; la pasábamos genial y todos hacían de todo por cumplir los antojos de mi mujer.

Mi padre y mi madre, eran los más emocionados pues iba a ser el primer nieto que iban a tener; mi madre siempre se la pasaba con Miriam, iban comprando cosas para nuestro hijo y preparando aquella maleta para el hospital.

Hoy al fin era jueves, me encontraba en la oficina con muchísimo trabajo. Hace unos minutos me había mensajeado con mi amor y todo estaba bien, me había comentado que iba a salir a comer con mi madre y eso estaba bien, le hacía falta una buena distracción.

Vi las revistas de chismes y en la portada aparecía un matrimonio; era una diseñadora de modas bastante reconocida, a lado salía con su marido pero la mirada de ambos no era de felicidad. Aunque a grandes letras decía "El desfile del año, por la grandiosa diseñadora Eda Harrison"

El artículo sin querer llamó mi atención y me puse a leer lo que decía; Una diseñadora de origen mexicano, pero tenía nombres y apellidos ingleses. Busque en Google su nombre y enseguida apareció un biografía pequeña.

Tenía 47 años de edad la señora, se casó a los 16 años y tuvo una hija la cuál por cuestiones personales y difíciles la dejó en manos de un familiar. Han gastado una tremenda fortuna en buscarla y su marido es un multimillonario conocido en la industria inglés. Sin duda él no era de México, pero la mujer si. Ambos habían forjado su carrera con trabajo y próximamente iban a tener un desfile aquí en la ciudad y contaban con la presencia de grandes empresarios. Reí, no creo que fuera para tanto organizar un evento por todos los altos, pero los comprendía. También venía de una familia así, deje de perder el tiempo y me puse a terminar lo que faltaba para poderme ir pronto a casa.

Narra Miriam

Me sentía bien y en paz siempre que mi suegra estaba aquí acompañándome; me coloqué un vestido largo, negro; mi cabello en suaves ondas y maquillaje natural. Revise mi cuenta bancaria y vi que aun no me depositaban lo correspondiente por mi trabajo, bufé un tanto frustrada. No quería ni podía estar dependiendo de su familia, muy a mi pesar agarre del dinero que tenía ahorrado para el nacimiento de mi hijo. Guarde todo en mi bolsa y baje, pues sabía que Jess, iba a estar esperándome.