Capitulo 18.

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No queria ni mirarme, cerraba los ojos al tacto y era algo que ya me estaba desesperando y por supuesto, doliendo mas de lo normal. Tal ves si aquella mujer de cabello castaño y ojos color miel no me gustara y no la quisiera, no me importaria.

-Voy a lavar con cuidado donde esta el golpe.- asintio y yo con suaves toques lave esa zona. Me daba demasiada impotencia lo que le habian hecho y mas que yo no hubiera estado ahi para poder defenderla desde un principio.

-Con cuidado, duele.- arrugo la nariz y por instinto coloco la mano en su abdomen, como queriendo proteger a nuestro pequeño hijo.

-Ya casi termino, respiera.- termine de enjabonar todo su cuerpo, para despues bañarme rapido yo. En cuanto me quite la ultima prenda, ella se dio vuelta para no mirarme y se dedidcaba a relajarse con el agua que caia.

Tenia muchos sentimientos encontrados,mas porque ella no queria verme bien, ni hablarme nada. Cerre la llave del agua, sali primero yo y me seque rapidamente, envolvi una toalla alrededor de la cadera  y prosegui a tomar la toalla de mi mujer, para empezar a secarla. Ella se secaba el cabello, mientras que yo la ayudaba con su cuerpo. Llegando a la zona del golpe, empece a llenarla de besos; de caricias, para despues proseguir e irme con su abdomen, donde mi hijo poco a poco estaba creciendo. Cuando estaba haciendo todo esto, dejo de hacer lo que hacia para mantenerse quieta y saber que mas lo que iba hacer.

-Te amo, hijo mio. Soy tan feliz al saber que vienes a nuestras vidas , ya quiero ver como la barriga de tu mami crece y como poco a poco te vas a ir desarrollando.- Por primera ves le estaba hablando a mi hijo y esto por supuesto creo ni ella lo habia hecho.

Despues de hacer eso, prosegui en seguir dando besos por su cuerpo, subi por su cuello hasta llegar a su cara; llenarle de besos las mejillas, la frente, para asi lograr llegar a sus labios. Ella inmediatemente al sentir mi tacto en sus labios, se quito y se dio la vuelta. Yo me quede ahi, intentando saber que era lo que estaba mal conmigo.

-Gracias por ayudarme, pero quiero estar sola para vestirme.- seguia secándose el cabello, mirando hacia algun punto en el baño.

Suspire y me sali sin decir ninguna palabra, algo estaba mal y me mataba ver y sentir su rechazo. Saber que ni siquiera me queria mantener cerca. Fui a mi habitación y me vestí rápidamente, al parecer todos sabian que habia hecho mal, menos yo.

Narra Miriam.

Me dolía tratarlo de esa manera, claro que me dolía. Pero no se comparaba al dolor que senti, cuando vi como la miraba; mientras me colocaba mi ropa con cuidado, volví a pensar en aquella escena que tanto me había afectado.

No sabia si el era tonto, si se hacia o simplemente no quería afrontar la situación, pero era algo que ya se me estaba saliendo de las manos y que por supuesto no iba a poder tolerar por mucho tiempo. Encendí la secadora para quitar lo mojado de mi cabello, lo cepille y me mire en el espejo.

Me gustaba mucho como el embarazo estaba haciendo mi cuerpo, mi cara se veia un poco mas iluminada y al ver mi semblante asi, no me senti tan mal. Me puse mis cremas para hidratar mi cara y cuerpo y despues fui hacia la cama para poder recostarme un poco. No tenia hambre, no tenia ganas de convivir con nadie, no tenia ganas de verlo. Simplemente quería estar sola, yo con mi hijo y nadie mas. Encendí la televisión y puse lo que sea, me coloque una frazada encima y me acurruque en las almohadas, para asi perder mi vista hacia la tv. Las almohadas eran tan suaves, que ya estaba cayendo en un sueño profundo. Pero antes de caer completamente, decidí ponerle llave al cuarto para que nadie entrara ni molestara.

Puse una almohada en la parte de la costillas que tenia lastimada y me acurruque en las almohadas para así poder descansar y caer en un sueño profundo rápidamente. Me desperté porque de la nada empecé a sentir mucho frio, mis dientes castañeaban, trate de cubrirme mas con la frazada y volví a dormir. De nuevo volví a despertar por las voces que se escuchaban del otro lado, vi hacia la ventana y ya estaba anocheciendo. Seguía sintiendo mucho frio, coloque una mano en mi cara y la senti hirviendo, me quite la cobija de encima, pero enseguida me volvió a dar mucho frio.

Por lo caliente que estaba, sabia que tenia temperatura, desgraciadamente no estaba en mi casa y no podía atenderme como yo quería. Las voces cada ves se escuchaban mas fuertes y como intentaban abrir la puerta, ya cansada de todo ese ruido, abrí. No sin antes ponerme la cobija encima.

-¿Que pasa?- pregunte aun somnolienta y sin mirar bien; me sentía muy cansada, fatigada, dolor de cabeza y mucho frio.

-¡Por dios! creí que te había pasado algo.- el instinto de Matt fue abrazarme de inmediato, fruncí el ceño extrañada y del otro lado de la puerta estaban prácticamente todos mirando.

-Solo estaba durmiendo.- lo separe para que asi no sintiera lo hirviendo que estaba de mi cuerpo.

-No has comido nada, mi madre te trajo la comida.- le sonreí a la señora y me hice a un lado para que pudieran pasar. Afortunadamente aun no se daban cuenta de mi estado y eso era un alivio para mi, no quería que estuvieran preocupados o algo.

-Muchas gracias por todo.- le agradecí a Jess y esta me tomo por ambas mejillas, sonriendo. Pero al hacer esto, noto que algo no andaba bien.

-¿Te sientes bien?- pregunto con la cara llena de preocupación, me tomo de la mano y trato de sentarme, pero yo hice una mueca.

-¡Auch!- me queje al instante y me encorve mas de lo que ya estaba.

Matt también se acerco para ver que era lo que estaba pasando y al tomar mi mano, se dio cuenta que también algo no iba bien.

-¡Estas ardiendo!, ¿Qué es lo que pasa?- empecé a sentirme muy sofocada y sentí que todo mi cuerpo ardía.

-Estoy bien, por favor suéltame.- le pedí y trate de alejarme.

-Claro que no estas bien, estas ardiendo.- quería acercarse, pero yo retrocedía de nuevo.

-Hija, por favor, no puedes jugar así con tu salud y menos con la de tu hijo.- la madre de Matt, me hacia entrar en razón y creo estaba en lo cierto.

-Lo siento, tiene toda la razón. Si no es mucha molestia, ¿puede revisarme usted?- le pregunte rogando que aceptara.

-Claro, no me lo tienes que pedir dos veces,.- mire de reojo y vi como se agarraba la cabeza con las dos manos frustrado. Entendí que entre mas lejos estuviera de el, todo seria mejor. Mis sentimientos se irían y el podría ser feliz con Anna.- Por favor, Christian, llama al doctor y pídele que venga lo mas pronto posible.- su esposo asintió y yo miraba hacia el piso.- Ahora, déjenme sola con ella.- les pidió a todos, todos sus hermanos y su padre se fueron, menos el.- También tu, hijo, por favor.- no quise ni mirarlo, después de unos segundos la puerta se cerro y por fin me quede sola con ella.

-Me duele mucho la cabeza, siento mi cuerpo arder y tengo muchísimo frio.- toda esta situación me daba mucha pena, pero también agradecía que quisiera ayudarme.

-Ve al baño, quítate la pijama que traes, quédate en ropa interior y solo encima colócate la bata del conjunto de la pijama. Voy a ver que es lo que pasa.- asentí y de inmediato hice lo que me pidió. Sin tardarme mucho, salí en segundos del baño.

Al salir, su exclamación me alerto y asusto.

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Tanto tiempo sin actualizar, pero esperemos que mi inspiración me de hasta terminar la historia. Gracias por su apoyo, por siempre leerme, votar y comentar. Muchas gracias por todo, nos leemos antes de que termine la semana

Las quiero mucho!! A veces la inspiración puede fluir, cuando un corazón se rompe. Asi que nos leemos pronto.

Matrimonio a cambio de Amor III (Trilogía)Kde žijí příběhy. Začni objevovat