Capítulo 20.

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Narra Miriam

Desperté y el frío de la noche me estremeció,  como pude me senté y tomó en la bandeja de comida lo que había.  No me importaba si estaba frío,  solo quería comer para evitar sentirme mal. Aun seguía en bata y ropa interior,  en el sofá de la habitación se encontraba Matt, durmiendo. Estaba cansada de todo, sabía bien que yo ser feliz con el como yo quisiera, no se iba a poder. Esa mujer me ponía los pelos de punta y simplemente no la soportaba.

Deje todo en la bandeja ya vacío y con cuidado trata de incorporarme por mi cuenta,  la hinchazón en mi costilla me impedía hacer muchas cosas. Odiaba tener que estar dependiendo de la gente para hacer cosas. Con muecas y quejidos de dolor en silencio por mi parte, me metí al baño, pues ahí había dejado mi pijama. No quería estar expuesta de esta manera, con él en la habitación. Lave mis dientes e hice mis necesidades. Ahora mismo tenia cero sueño, a fuera de la habitación se escuchaba leve de ruido, a penas eran las 7 de la noche y dudaba mucho que a estas horas hubiera gente dormida.

Suspiré,  no sabia que iba a hacer con Matt, lo que si tenia bien en claro es que no quería ser un estorbo en su vida, ni mucho menos estar con alguien que no me ame de la misma manera que yo lo hago. Toque mi barriga y le hable a mi hijo por primera vez.

- Tu y yo, vamos a estar bien y saldremos adelante como sea. - sonreí,  pues por un momento ya quería que naciera, tenerlo en mis brazos y saber que jamás en mi vida estaré sola gracias a ese ángel.

Salí del baño tratando de hacer el mínimo ruido, por la poca luz que entraba,  podía ver aun su silueta en el sofá. Sabía que era demasiado incómodo para él estar durmiendo ahí,  pero definitivamente yo no lo mande a quedarse a cuidarme. Cuando estaba por hacer el esfuerzo de volverme a recostar, su voz hizo que diera un brinco del susto.

- Déjame ayudarte.- rodé los ojos, realmente me dolía tener este comportamiento con el, pero sin duda prefería mil veces eso a salir lastimada como siempre.

-Dios santo, me acabas de dar el susto de mi vida.- negué como si pudiera verme en la oscuridad. Sin esperar,  encendió la lámpara de la habitación y se puso de pie.- No es necesario,  créeme que puedo hacerlo yo sola.- no lo miraba, mi vista estaba enfocada en aquella frazada.

-No pregunte si podías, dije que iba a ayudarte y con respecto a eso no puedes objetar.- me tomo en sus brazos en cuestión de segundos, colocó varias almohadas en mi espalda y me cubrió con la frazada.

-Gracias.- agradecí seria, muriendo por dentro al tener esta actitud con el.

-Tu y yo tenemos que hablar.- se sentó a un lado mio y mi corazón comenzó a palpitar fuerte, al sentirlo tan cerca de mi. Debía poner las cosas en orden, tomar mi distancia y dejarlo libre para que finalmente pudiera ser feliz con su amor del pasado.

Narra Matt

Verla así, tan fría, sin sentimientos y sin siquiera demostrarme una sonrisa o darme afecto, era algo que me estaba consumiendo poco a poco. Me senté junto a ella en la cama, yo ya llevaba demasiado tiempo despierto,  el suficiente como para haber escuchado la conversación que tuvo con mi hijo o el como quería hacer las cosas por ella misma, sin siquiera pedir o necesitar mi ayuda por su terquedad.

-¿Qué es lo que te pasa?- pregunte desesperado, anhelando tener ya una respuesta de aquellos labios que me volvían loco.

Desvió la mirada y de repente sus ojos se llenaron de lágrimas,  esto no estaba bien. Intenté acercarme, pero ella negó poniéndome su mano delante mía.

-¿En verdad no lo sabes?- pregunto mientras aquella voz dulce, cada ves se escuchaba menos, por el llanto que quería desbordar de ella.

-No.- mi respuesta era ya de desesperación,  quería arreglar todo aquello y estar bien con mi mujer, con la mujer que realmente amaba.

-Te lo diré. - finalmente me miró y como pudo las palabras salieron de su boca.- No puedo competir con tu otro amor, no puedo fingir que me siento bien cuando estas con ella y veo como la miras.- su llanto cada ves era más intenso y me partía el alma verla de esa manera y que el culpable fuera yo.- Yo se que ella es guapa, adinerada y tiene probablemente más virtudes que defectos, como la miras a ella, jamás lo haces conmigo y entendí que no puedo competir contra eso. No quiero sufrir más de lo que ya he sufrido al estar enamorada de ti.- se toco su abdomen por mi instinto y yo estaba completamente roto al escucharla de esa manera.- Te dejo ser libre, se que con ella regreso de ella a nuestras vidas, muy difícilmente tu y yo vamos a poder ser felices. No te pido que te quedes conmigo por el simple hecho de llevar un hijo tuyo dentro de mi, eres libre de ser tu vida con quien quieras, jamás te voy a atar con esto para estar a tu lado.- sus palabras me dolían, claro que si. Jamás la había escuchado hablar de esa manera y sabía que no se sentía bien desde que es ella regreso a nuestras vidas.

Me acerque, mientras decidido las palabras salieron de mi boca.- Te amo a ti, quiero estar contigo y no por obligación,  simplemente por el hecho de que a tu lado soy mejor, me haces mejor hombre, me impulsas a cumplir mis metas e ir por lo que quiero. Te lo digo ahora, estoy contigo y quiero estar contigo. Mis padres ven como soy contigo y a pesar de que tarde en darme cuenta del amor que te tengo, pero lo hice.- ella se cubrió la cara con las manos y me acerque, hasta que nuestras respiraciones se mezclaron.- Para mi, tu eres una diosa, eres guapa, inteligente,  comprensiva, amorosa, cuidadosa y todo eso es lo que me hace enamorarme de ti, día con día. No necesitas nada de lo que otras mujeres tienen, para mi lo tienes todo y eres más que suficiente.  A veces pienso que no te merezco y que soy tan afortunado de tener a un ángel como tú a mi lado.- mi voz se corto ante estas últimas palabras y sin esperarlo, ella como pudo se levanto y sentí como sus brazos me rodeaban.

-Te amo, Matt. Perdóname por dudar de ti y de tu amor.- la acomodé de manera que su cuerpo estuviera encima mio y coloque una mano en su parte lastimada.

-Te amo y jamás dudes de mi amor, odio verte mal, odio no haberte cuidado como se debía,  para haber evitado lo que te paso. Pero eres la mujer perfecta para mi y gracias a ti, soy mejor hombre.- la tome de la nuca y acerque mis labios a los de ella.

Esta mujer me hacía perder los estribos y de ninguna manera iba a permitir que esto que estábamos formando, se viera arruinado por alguien.

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Nuevo capítulo,  tengo que admitir que la mitad del capítulo la escribi en la madrugada porque no podía dormir. La otra parte, la escribí en mi trabajo donde estoy ahorita. Ando desvelada, en el trabajo,  pero siempre tratando de complacerla y darles más de estos increíbles personajes.

Gracias por sus votos, comentarios y todo su apoyo.
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Matrimonio a cambio de Amor III (Trilogía)Where stories live. Discover now