Capitulo 10.

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Llegué a mi departamento, con la cabeza llena de ideas. No fui a buscarla, pues sabía que ni siquiera me iba a abrir la puerta. Fueron muchas emociones por el día de hoy.

Deje las llaves en la mesita de noche, después de estar dando vueltas en la ciudad; tratando de despejar mi mente y de pensar realmente que era mejor hacer. Me deshice el nudo de la corbata y la dejé de igual manera en la mesa. Prendí las luces de estar y casi me caigo al ver a mi madre ahí.

- ¿Que estás haciendo aquí?- estaba sentada tranquilamente y se puso de pie para venir a mi encuentro.

- Hoy la comida no estuvo del todo bien, tu padre no quiere recibir una noticia así. - me beso en la mejilla y se separó. Tenía los ojos vidriosos de que había llorado y que aún seguía con ganas de llorar. - sé lo que le pasa a tu mujer y sólo quiero decirte que si tu padre les va a dar la espalda yo no lo haré.- mi madre se estaba poniendo de una manera que jamás había visto y me daba alegría ver que me estaba dando su apoyo.- al igual que Miriam yo pasé por la misma situación contigo, tuve el apoyo de mi madre claro, pero yo te tuve a menos edad que ella y sé lo difícil que puede ser cuando alguien no te apoya.- las lágrimas se le salían mientras me contaba todo esto. Yo nunca supe que ella se sentía de esa manera cuando estaba de mi.

De inmediato la abracé; mi madre sabía que yo por ella sentía una enorme amor y me daba mucho gusto recibir el apoyo que me estaba brindando.- Quiero agradecerte mamá, por nunca dejarme sólo en mis sueños y mis metas en mis locuras y en mis errores. Esto que me está pasando ni ella ni yo lo teníamos contemplado, nos sentimos algo frustrados pero a la vez sentimos que es una bendición y que si ese bebé está llegando a nuestras vidas es para hacerlas todavía mejor.

Jessica, era un mar de lágrimas sólo me mantenía abrazado fuerte y yo no la soltaba.

- No van a estar solos y yo hablaré con tu padre. Llegado el momento ustedes hablaran con él, bueno dudo que Miriam quiera saber de él.- ambos reímos y después frunció el ceño, extrañada al ver la casa sola.- ¿Qué pasó con ella? - se separó de mí y me miró.

Suspiré, pues ni yo sabía lo que había pasado.- Lo único que me dijo saliendo de la casa de ustedes fue que no quería arruinar mi vida y que no quería que peleará con mi familia por ella. Con eso subió a un taxi y se fue. - me senté en el sofá y coloqué mi cara entre mis manos, frustrado nada nunca me sale como yo quiero.

- Ella se siente triste, es normal en la postura que se va a poner. Pero no por eso se tiene que sentir menos,  pues el error no nada más fue de ella también fue tuyo y siento que es la mujer ideal para ti. Tal vez tienes que dejarle su tiempo para pensar y para saber qué es lo que quiere. Yo me propongo ir a hablar con ella y todo este problema se arreglará. - se colocó a mi lado y me dio masajes en la espalda.- Nunca nadie somos perfectos y Dios manda a esos Ángeles en el momento indicado en nuestra vida. Todo se arreglará, mientras tienes que estar tranquilo y saber bien qué es lo que quieres con ella, porque una cosa sí te digo, yo no permitiré que la lastimes, no le hagas daño.

Se puso de pie y tomo su bolsa entre sus manos.- Lo que menos quiero es lastimarla, quiero amarla quiero cuidarla, quiero procurarla quiero, que pasemos toda esta tormenta juntos.

- Espero que lo que estés diciendo sea verdad, porque no quisiera que ella pasará por lo mismo que yo pasé con tu padre. Sé que tú no eres igual que él y que Christian, cambió pero, ten claro los sentimientos que tienes y si de verdad quieres todo bien y serio con ella, dedícate a demostrarlo y hacerle ver que no es un juego.- me dio un último abrazo y yo la tomé de la mano.

- No quiero dejarla ir y sé que tienes razón en lo que dices, pensaré bien las cosas y la buscaré.

- Hazlo y no la lastimes, tú sabes bien porque lo digo.- me beso la mejilla y salió de mi casa, dejándome pensando en todo lo que me había dicho.

Ella era una mujer ideal, por la que cualquier hombre querría estar. Yo tenía que poner todos mis sentimientos, mis pensamientos y lo que quería en mi vida en orden. Pues ya no quería lastimarla. Es una mujer de luz, es un ángel que está en mi vida desde hace muchos años y no quisiera perder. Llegó para bien, para hacerme cambiar, para hacer mi vida mejor y no iba a perderla. Me decía que fuera  el hombre perfecto; aquel príncipe, iba a luchar por ellos. Tenía que formalizar mi relación con ella, demostrarle día con día que de verdad la quiero y que lo que nos está pasando no es más que una bendición. Algo que Dios nos mandó para permanecer juntos, para saber afrontar las cosas, para no dejarnos ir.

No cené, me fui directo a la cama, tratando de dormir; de poner todos los pensamientos en orden y sólo esperaba que ella estuviera bien, que ambos lo estuvieran.

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Narra Miriam

Iba dedicarle una carta a Matt, no quería verlo, no quería seguirme lastimando, pues sólo en mi había falsas ilusiones y sé que yo podía sacar adelante a nuestro hijo. No puedo seguir engañandome.

Tal vez había hecho mal en irme así como lo había hecho, pero yo no podía hacerte esto, no lo merecías y aunque me dijeras que me quieres. Sé que había alguien en tu corazón que no has podido olvidar y yo no puedo lidiar con algo así. Yo no puedo compartir el corazón de alguien, cuando ya tiene a otra persona en el; yo quiero que alguien me ame, que alguien me quiera sin que haya otro amor en su vida que no olvide. Esto puedo decírtelo en persona, pero no quiero verte, no quiero hacer esto más difícil y quiero que entiendas que esto me duele en el alma, pero yo no puedo competir con aquel amor que aún no olvidas, que esperas su regreso y si tú y yo en algún momento estuviéramos juntos y ese amor regresa; yo no quiero que me cambies por esa persona, creo que tanto tú como yo merecemos a alguien mejor, y aunque te amé con toda mi alma y dentro de mí lleve aquel fruto de mi amor que siento por ti. No puedo engañarme a mí misma, ni mucho menos lastimarme haciéndome falsas ilusiones de que algún día la olvidarás. Llevamos varios años juntos y nada en estos años ha cambiado, no quiero atarte sólo por el simple hecho de que yo esté embarazada. Conmigo no tienes ninguna responsabilidad y en cualquier momento que quieras ver a mi hijo, podrás hacerlo, espero entiendas y de verdad no tienes idea cuánto me duele estar escribiendo esta carta ahora mismo. Me encuentro con los ojos llenos de lágrimas y con un vacío profundo en mi. Te amo con toda el alma y eres el amor más grande que he tenido, te deseo mucho éxito y sigue creciendo en lo que más amas.
Con amor, Miriam.

Mañana se la enviaría a su casa u oficina con una persona y me iría de mi departamento. Sé que a dónde me iría buscar primero, sería aquí. Y yo ya no quería verlo.

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El capitulo de hoy está intenso, espero que le guste y perdonen la demora. Espero no me odien por el rumbo que va a tomar la historia. Creo que yo me pondría igual como ella.
Las amo y gracias por todo.

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Matrimonio a cambio de Amor III (Trilogía)Where stories live. Discover now