Capítulo 33

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By Oliver

Mi cuerpo se siente entumido. Por un momento incluso dudo que mi cabeza siga pegada a él, porque no puedo sentir nada. Inhalo y cuando mis pulmones se inflan, siento un leve pinchazo en el pecho, por lo que el aire que exhalo sale en medio de un gemido de dolor. Mis pesados párpados me dificultan abrir los ojos, igual que si estuviera atrapado en un sueño del que no puedo salir. Finalmente lo logro y lo primero que veo es oscuridad. Parpadeo dos veces comprobando que si abrí los ojos e intento acoplarme al entorno, intento encontrar alguna figura dentro del espeso negro que me rodea. Así es como puedo ver dos brillantes ojos azules a mi costado.

— ¿Ash? —mi voz sale más baja y ronca de lo que esperaba. Hago el ademán de girarme hacia él, pero la imagen se vuelve borrosa y se duplica.

—No te muevas— susurra y siento sus cálidas manos sosteniéndome de los hombros.

— ¿Qué pasó?

— ¿Qué pasó? —repite con voz baja, sin embargo, percibo cada nota de enojo en su voz — que quisiste jugar al héroe y eso casi te mata. Así que tuve que hacer todo lo posible por salvarte sin saber si funcionaría porque tú llevas día y medio dormido— exhalo, estoy metido en un buen problema— lo qué pasó fue que debí de haberte llevado con Nathaniel y todo esto no habría pasado, porque dudo que ellos te dejaran exponerte de la misma forma.

Puedo definir sus rasgos, su ceño fruncido, las venas que se marcan en su cuello, lo tensa que está su mandíbula y sé el esfuerzo que representa para él no comenzar a gritarme en este momento. Pero también sé leerlo, lo qué hay más allá de su enojo y eso es lo que me da cierta fuerza para recorrerme sobre el colchón dejando un espacio entre nosotros. Palmeo el colchón un par de veces y Asher me mira sin moverse, pero al final suspira y se acomoda a mi lado, recargando su cabeza sobre mi pecho, rodeándome con su brazo.

—Lo siento— murmuro contra su cabello— ni siquiera lo pensé, tan solo vi que estaba en peligro y fue instinto— me aprieta con más fuerza, sin llegar a lastimarme. Sé que su enojo no es más que angustia y miedo de lo mal que pudo termina todo.

—No vuelvas a hacerme esto, Oliver. Eres todo lo que tengo y si tú no estás, si yo te perdiera...me volvería loco.

—No vas a perderme— me las ingenio para abrazarlo también, acariciando su cabello con mis dedos entumidos— no volveré a hacerlo, no volveré a ponerme en peligro. Te lo prometo.

No sé cuánto tiempo pasa, ni exactamente en qué momento nos quedamos dormidos, pero cuando despierto de nuevo, me siento un poco mejor. Todo sigue oscuro así que pienso que no ha pasado mucho tiempo, aunque Asher ya no está a mi lado. Me siento con movimientos lentos, estirando mis brazos y piernas. Cuando me pongo de pie, mis rodillas tiemblan apenas un poco, pero me las ingenio para seguir caminando y al llegar a la puerta, se sienten con más fuerza. Afuera de la cabaña, lo primero que puedo ver es la luz naranja que apenas alumbra el río y las montañas de enfrente. Las risas que resonaban a mi izquierda cesan de pronto y para cuando me giro en esa dirección, Asher ya está llegando conmigo.

— ¿Cómo te sientes? —pregunta revisando mi rostro y mi cuerpo.

—Estoy bien— respondo en medio de una leve risa. Miro, por encima de su hombro, a los elegidos alrededor de una fogata. Todos me observan detenidamente y eso sólo me provoca ganas de regresar corriendo adentro de la cabaña, pero mi prometido me toma de la mano y me lleva hacia ellos.

— ¡Oliver, estás vivo! —Noah casi corre hacia mí y me da un fuerte abrazo.

— ¡Suéltalo, rata de campo! —Asher quita los brazos de Noah y lo empuja con suavidad lejos de mí, con una sonrisa en el rostro— Nadie te dio permiso de tocar a mi prometido.

[Libro 2] SaudadeTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang