Capítulo 29

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By Oliver

Cuando abro los ojos, el sol está en lo alto del cielo. Por la ventana  puedo ver el intenso brillo y escucho el ruido de los pájaros afuera de la cabaña. Me estiro a lo largo y me doy cuenta de que estoy solo en la cama. Con extrema pereza me incorporo en la cama y miro alrededor. Nada ha cambiado desde la última vez que estuve aquí a pesar de que ya pasó mucho tiempo. Siento muchas ganas de explorar, de ver cómo es todo lo que rodea a Asher, pero decido qué puedo hacerlo en cualquier otro momento, así que tomo un suéter de Ash que siempre me ha gustado por lo grande que me queda, y salgo de la cabaña para buscarlo.

Apenas doy un paso fuera de la puerta lo encuentro de pie cerca del río conversando con Thomas. El chico de cabello verde le hace una seña y Asher se gira hacia mí, sonriendo como nunca lo había visto, lo que hace que de pronto pierda el poco aire que tenían mis pulmones y una sonrisa boba se forma en mis labios. Puedo ver que Thomas se ríe de mi reacción y es cuando recuerdo que todos los hechiceros pueden escuchar mis latidos, por lo que, totalmente avergonzado emprendo una muy evidente huida adentro de la cabaña.

Asher entra al poco tiempo, riéndose con ganas y yo siento que mi cara no podría estar más roja.

— ¿Estás bien? —me pregunta divertido.

—No volveré a salir de aquí— digo sin mirarlo— seré el hazme reír de todos los hechiceros.

— ¿Por qué dices eso? —Ash se sienta a mi lado en la cama y toma mi mano, lo que hace que el corazón me palpite con más velocidad, si eso es posible.

—No finjas que no lo sabes. Emma me dijo que puedes escuchar los latidos de mi corazón. Todos ustedes pueden hacerlo— él vuelve a reír.

—Entonces seremos el hazme reír — sus dedos acarician el torso de mi mano con suavidad — porque mi corazón late a la par del tuyo.

Exhalo y me recargo en su pecho, dejando que me abrace con fuerza. Es hasta ridículo lo mucho que lo extrañé y como ahora todo parece estar en su lugar. A veces incluso me asusta lo mucho que lo amo y lo mucho que me gusta ¿puede ser posible? ¿De verdad? ¿Aún después de tanto tiempo?

—Hoy tenemos mucho que hacer y dado que ahora eres un elegido, no me queda otra opción más que llevarte conmigo a cualquier lugar al que vaya.

—Que desgracia — digo con falsa resignación. Él me sonríe y me mira con mucha ternura, casi había olvidado como me sentía cuando me miraba así, por lo que me limito a corresponderlo.

— ¿Tienes hambre? —asiento— Noah te trajo esto—dice mientras de pone de pie y me señala un plato sobre la mesa que trae consigo cuando regresa a mi lado.

Es un platillo que nunca había visto antes. Es cuadrado como si se tratara de un sándwich, de color dorado, pienso que si lo acerco a la luz podría comenzar a brillar. Dudoso tomo un trozo pequeño con el tenedor y me lo llevo a la boca. Es suave como la espuma y tiene un sabor agridulce con una nota picante al final. Para mí sorpresa, está delicioso así que corto un trozo más grande y sigo comiendo. Asher se ríe un poco de mi reacción y siento que comienzo a sonrojarme.

— ¿Te gustó?

—Nunca había probado algo tan rico— digo con las mejillas llenas.

—Yo estoy harto de él. Daría lo que fuera por una rebanada de pizza.

— ¿No regresaremos a la ciudad pronto?

—Aún no estoy seguro, los elegidos se niegan a dejar los bosques y...no estoy seguro de que estén dispuestos a seguirme—vuelvo a asentir— ahora vamos a reunirnos con ellos.

[Libro 2] SaudadeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora