Capítulo 5

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By Oliver

¿Qué es lo que estoy haciendo? ¿Por qué no me muevo? ¿Por qué sigo adelante con esto? No son sus besos los que necesito. No son sus brazos los que extraño a mi alrededor. No es su cuerpo sobre el mío el calor que extraño.

Demonios, Oliver. ¿Qué estás haciendo?

No lo sé. No entiendo qué es lo que estoy haciendo, pero ahora ya es muy tarde. Ahora su cuerpo y el mío están unidos, ahora su piel está pegada a la mía y su respiración se mezcla con mis jadeos. Es muy tarde para pensar qué estoy haciendo. Es muy tarde para intentar evitarlo, ahora solo me dejo llevar. Sus manos en mi cuerpo se sienten diferentes, no son frías como las de Asher. No me causan un escalofrío cuando me tocan. Sus labios no son tan suaves como los de Asher, no me roban el aire ni hacen que pierda la noción del tiempo. Y su voz no suspira mi nombre como la de Asher. Su respiración no hace que se me erice la piel como la de Asher. Y quizá es cuando me pregunto si no es Asher ¿Por qué lo estoy haciendo? Ni siquiera puedo sacarme la imagen de mi prometido del que no he sabido nada durante dos meses y medio.

Quizá fue eso lo que me hizo perder la poca cordura que me quedaba. Esta mañana cuando me levanté intenté llamar a su número, como lo había hecho de vez en cuando en el pasado y, como siempre sólo escuché la voz de la máquina diciendo que ese número está apagado. Con el número de Emma exactamente lo mismo y yo me volví loco. ¿Habrían muerto los dos? ¿Qué había pasado con ellos? ¿Por qué no me habían contactado?

Y me quedé ahí con el celular en la mano cuando la habitación comenzó a hacerse más y más pequeña y el aire me faltaba, me estaba asfixiando, estaba jadeando como si acabara de salir del agua luego de estar sumergido durante minutos. Así que salí hacia el jardín, el viento se coló debajo de mi ropa y despeinó mi cabello y yo seguía jadeando.

—Hey, Oliver ¿Estás bien? —me sorprendió ver a Marco ahí, de pie frente a la puerta de mi casa. Asentí y me acerqué para abrir la reja, Marco no era mi amigo, era un compañero a quien no apreciaba en absoluto, pero en ese momento me importaba no estar solo cuando sentía que las únicas personas en mi vida me habían abandonado.

— ¿Necesitas algo? —entré con el chico rubio siguiéndome hasta la sala. Mike le ladró un poco al principio, pero después se rindió y se recostó en su cama.

—Te traje el trabajo de la semana —dijo y me extendió una carpeta. Se sentó cerca de mi y yo ni siquiera revisé los papeles, dejé la carpeta a un lado. No estaba de humor — ¿Seguro que estás bien?

— ¿Quieres algo de tomar? —me levanté en un intento de huida el cual fue frustrado por sus dedos cerrándose en torno a mi muñeca.

— ¿Qué pasa, Oliver —su tono preocupado me hizo volver a sentarme y ni siquiera fui consciente de que no me soltó en ningún momento. Pero ¿Habría hecho algo de haberlo notado? —Hace mucho que no te apareces por la oficina y...todos te extrañamos.

— ¿Han sabido algo sobre Emma? —Marco resopló y rodó los ojos.

—Vine a ver cómo estabas ¿Y solo te importa lo que pase con esa-?

—Cuida tus palabras —lo interrumpí. No estaba de humor para sus insultos —Quizá tenga que recordarte que mi prometido es uno de esos "animales" como tú los llamas.

— ¿Y dónde está tu prometido ahora? ¿No huyó como todos los demás y te dejó aquí solo? —Eso me dolió. En especial, porque en parte era cierto. Ash me había dejado solo y quizá no me importaría si tuviera noticias de él de vez en cuando, pero no era así y eso dolía, mucho.

—Ni siquiera lo conoces— intenté defenderlo.

—Él no te merece. Eres demasiado bueno para alguien de su especie.

[Libro 2] SaudadeWhere stories live. Discover now