15. Fuego

327 33 4
                                    

—¡Maté a Sirius Black! ¡Maté a Sirius Black!

Apreté la varita entre mis dedos. Corrí rápido a través de la hierba alta. Solo podía escuchar su voz y sus pasos rápidos pero eso fue suficiente.

—Harry, Nevaeh, ¿vienen a buscarme?

Todo lo que podía pensar era en esa noche. La noche en que mi padre fue asesinado frente a mis ojos. El padre que había conocido por poco tiempo pero a quien había amado toda mi vida aunque no lo supiera en ese momento.

Bellatrix Lestrange no merecía nada más que lo mismo que sentí en ese momento exacto cuando la vi quitarle la vida. Quería que ella lo sintiera, quería que sintiera mi dolor.

Mis pies tocaron el agua. Disminuí la velocidad tratando de ubicar de dónde venían sus pasos pero estaba en silencio.

—¡Nevaeh!

Harry se paró detrás de mí, el sudor goteando de su frente. La mirada en sus ojos decía suficiente, quería lo que yo quería.

Un rayo de luz brotó de la hierba alta. Harry usó su varita.

Sostuve mi varita en defensa cuando docenas de maleficios fueron disparados hacia nosotros. Estábamos rodeados pero ellos estaban escondidos en la hierba alta, escondiéndose cobardemente sus rostros.

Figuras negras desaparecieron en el cielo cuando Remus y Tonks corrieron hacia nosotros.

—¡No! ¡Cobardes!— grité. Estaba a punto de enviar otra maldición al cielo cuando Harry agarró mi muñeca.

—¡Nev, mira!

Las llamas estallaron a lo lejos. La casa, estaba en llamas.

—Ron.— Mientras decía su nombre ya estaba corriendo, Harry no estaba muy lejos detrás de mí. Estaba corriendo incluso más rápido que antes.

Él estaba ahí. No estaba mirando la casa de su familia ardiendo. No estaba corriendo ni escondiéndose, estaba allí. Sus ojos me buscaban.

—¡Ron!

—¡Nev!

Corrió hacia mí hasta que sus brazos me rodearon. Me abrazó con fuerza, me protegió de todo lo que nos rodeaba. Todo mi cuerpo estalló en dolorosos gritos que habían estado esperando ser dejados salir durante meses.

Era como si volviera a esa noche. Pero esta vez hice lo que debería haber hecho en ese entonces. Ya no necesitaba correr porque lo que necesitaba estaba justo frente a mí.

—Lo siento.— Lloré.

—Mírame, Nev.

Poniendo mis manos en su espalda lo miré a los ojos. Pude ver el reflejo de las llamas en sus ojos marrones. Podía sentir el calor del fuego contra mi piel desnuda.

—No quiero que pidas perdón.

—Pero-

—Nev, te amo. Estás a salvo conmigo.

Presioné mi cara contra su pecho. Me apretó con fuerza, sujetándome la nuca con la mano.

Sabía que tenía razón, estaba a salvo con él, podía sentirlo.

—Yo también te amo, Ron.— Mi promesa de mantenerlo a salvo también.

Black -Ron Weasley ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora