20. Departamento de Misterios.

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El viaje al Departamento de Misterios fue corto pero helado. El viento agonizante y frío rozó la piel de Nevaeh, pero en lo único que podía pensar era en su padre, esperando que estuviera ileso. No había forma de que pudiera prepararse para lo que se avecinaba. Un nudo apretado se formó en su estómago, sabía que algo malo les esperaba en el Ministerio.

Entraron en el Departamento de Misterios y entraron en un pasillo oscuro. Las paredes, el techo y el suelo estaban cubiertos de baldosas negras. Obviamente tenía una vibra espeluznante y a Nevaeh no le gustó en absoluto. Ella extendió su varita, preparándose para lo peor.

El parpadeo de las luces lo hizo aún más escalofriante. Sus pasos. Fueron el único sonido que rompió el incómodo silencio. Frente a ellos estaba la puerta elusiva que Harry había visto en sus sueños.

-Eso es, esa es la puerta que vi.- dijo Harry y Nevaeh tragó nerviosamente. Todo este tiempo Ron tomó su mano, sin soltarla nunca, de manera segura, de pie a su lado.

Harry respiró hondo mientras empujaba la puerta para abrirla. Nevaeh sostuvo su varita con tanta fuerza que sus nudillos se volvieron de un color blanco.

Entraron en un espacio enorme con nada más que estantes altísimos cubiertos de pequeñas esferas de vidrio polvorientas. Había miles de ellos. Harry tomó la delantera y se interpuso entre los estantes. Todas sus cabezas giraron en diferentes direcciones, mirando las misteriosas bolas de cristal.

Nevaeh compartió una mirada con el pelirrojo a su lado, pero no había una sonrisa tranquilizadora, seguramente Ron sonrió pero se podía ver la preocupación en sus ojos.

Estaba oscuro a su alrededor, pero crearon pequeñas luces con cada de sus varitas. Solo se escuchó su respiración profunda mientras hacían su camino a través de los senderos estrechos.- Debería estar aquí.- dijo Harry, pero Sirius no estaba a la vista. O lo habían movido o no había estado allí en primer lugar.

-Harry, tiene tu nombre.- dijo Neville.

-¿Mi nombre?- preguntó Harry sin comprender y recogió la bola de cristal del estante. Lo miró y escuchó como si le susurrara palabras, pero los demás no podían oír.

-¡Harry!- gritó Nevaeh cuando vio la silueta de un hombre acercándose a ellos. Ella sostuvo su varita hacia adelante, lista para aturdir cualquiera que llegara a cerrar.

El hombre se acercó y se reveló llevaba una máscara plateada y aún se desconocía su identidad.- ¿Dónde está Sirius?- preguntó Harry.

-Sabes que debes saber la diferencia entre los sueños y la realidad.- dijo el hombre y se quitó la máscara. Apareció un hombre de mediana edad y su cabello era de un color rubio pálido. Lucius Malfoy estaba de pie frente a ellos.- Viste sólo lo que el señor oscuro quería que vieras. Ahora dame la profecía.

-Si nos haces algo, lo romperé.

Una carcajada helada rompió el silencio y una mujer morena entró en la luz. Su cabello negro era largo y rizado, casi le llegaba a la cintura pero estaba desordenado y sucio. Sus ojos estaban oscuros y Nevaeh se ganó un escalofrío mirándolos.

-Él sabe jugar, pequeño Potter.

-Bellatrix Lestrange.

-Neville Longbottom, ¿verdad? ¿Cómo están mamá y papá?

-¡Mejor ahora que están a punto de ser vengados!- Neville lo regañó, pero Harry lo detuvo.

-Ahora, que todos se calmen, ¿de acuerdo? Todo lo que queremos es esa profecía.

-¿Por qué Voldemort me necesitaba para conseguir esto?

-¡Te atreves a pronunciar su nombre, inmunda MITAD!- gruñó Bellatrix. Su rostro se transformó en furia.

-Las profecías solo pueden ser recuperadas por aquellos de quienes están hechas, lo cual es una suerte para ti, de verdad, ¿no siempre te has preguntado cuál era la razón de tu conexión con el señor oscuro? ¿Por qué no pudo matarte cuando estabas sólo un bebé? ¿Querías saber tu secreto más allá de tu cicatriz?

-Todas las respuestas a tus secretos están ahí, en tu mano. Todo lo que tienes que hacer es dármelo y yo te lo mostraré todo.

Nevaeh se estremeció y se dio la vuelta cuando se dio cuenta de que ahora estaban rodeados por Mortífagos. Todos ellos apareciendo con máscaras.

-He esperado catorce años.

-Si.

-¡Creo que puedo esperar un poco más, AHORA!

Una sacudida de luz se disparó hacia el mortífago frente a Nevaeh y lo golpeó en el pecho. Ella comenzó a correr y de mala gana se llevó la mano de Ron.

-¡CORRER!- Nevaeh podía oír a Harry gritar, pero estaba demasiado ocupada escapando de un mortífago detrás de ella. Contuvo la respiración y corrió detrás de uno de los estantes.

-¡stupefy!- gritó y el mortífago golpeó uno de los estantes, se cayó y las bolas de cristal se estrellaron contra el suelo. Jadeó cuando vio lentamente que todos los estantes comenzaban a colapsar y se acercaban.

Continuó corriendo, tratando de no mirar atrás o posiblemente podría ser enterrada en orbes de cristal rotos. Dio la vuelta a la esquina de un estante y chocó contra alguien. Cayó de rodillas y miró hacia arriba, sosteniendo su varita a la defensiva, pero se alegró de descubrir que era Neville. La empujó para que se pusiera de pie y ella se dio cuenta de que los demás también estaban allí.

Suspirando encontró su camino al lado de Ron y tomó su brazo, compartiendo una mirada con él, sus caras estaban muy pálidas pero no se rindieron, en cambio la adrenalina corrió por sus venas.

-¡CORRER!- Harry gritó una vez más y lo hicieron, corrieron hacia la salida más cercana que pudieron encontrar. Mientras tanto, detrás de ellos, las bolas de cristal se hicieron añicos en un millón de pedazos, rompiéndose en el suelo. El estruendo hizo que Nevaeh quisiera arañarse los oídos, pero no había tiempo.

Corrieron hasta llegar a una puerta. Sin pensarlo, la abrieron y corrieron adentro. Pero sus corazones dieron un vuelco cuando cayeron desde veinte metros de altura y se detuvieron en el aire, flotando a una pulgada sobre el suelo. No necesitaban mirar para saber que fue Hermione quien los salvó de una dolorosa caída.

-Departamento de Misterios, lo entendieron bien.- murmuró Ron.

Nevaeh suspiró aliviada y se puso de pie. Se limpió el polvo de las piernas, pero se distrajo cuando escuchó extraños susurros en la habitación.

Había un arco en el medio de la habitación. Desde adentro llegaron los susurros, voces tranquilas que llamaban a alguien. Ella entrecerró los ojos y se acercó.

-Nev, ¿estás bien?- preguntó Ron desde atrás. Nevaeh no se dio cuenta de que Ron hizo una pregunta, con toda su atención en las voces extrañas.

-¿Qué están diciendo?- preguntó Nevaeh.

-¿Qué?- preguntó Ron.

-Las voces, ¿puedes decir lo que están diciendo?- añadió Harry. Nevaeh ladeó la cabeza y miró a Harry a los ojos.

-No hay voces, Harry. Salgamos de aquí.- dijo Hermione.

-Yo también los escucho.- dijo Luna.

-Harry, es solo un arco vacío. Por favor, Harry.- suplicó Hermione.

-¡Ponte detrás de mí!- ordenó Harry. Nevaeh agarró su varita y saltó detrás de Harry. Ron encontró el camino hacia su novia y se paró frente a ella de manera protectora.

Entonces, de repente, las capas negras los rodearon mientras se separaban el uno del otro. Nevaeh podía sentir dos manos agarrándola con fuerza. Un mortífago la mantuvo atrapada en sus manos.

Black -Ron Weasley ✓Where stories live. Discover now