Black -Ron Weasley ✓

21. Romper.

Un hombre alto de cabello negro sostuvo su varita contra la garganta de Nevaeh. Su corazón latía rápido mientras trataba de buscar su varita, pero no estaba a su alcance. El hombre se acercó más y le susurró al oído.- No te muevas, cara de muñeca.- Le dio escalofríos por la espalda.

Sus ojos escanearon alrededor y encontró que todos sus amigos, excepto Harry, estaban atrapados por los otros mortífagos. Hizo contacto visual con Ron, quien gimió y comenzó a luchar contra el agarre del mortífago tan pronto como vio a su novia atrapada.

-¿De verdad creíste, o fuiste realmente lo suficientemente ingenuo como para pensar que los niños tenían una oportunidad contra nosotros? Te lo haré simple, Potter.- Lucius Malfoy habló.- Dame la profecía, ahora o mira morir a tus amigos.

-¡No se lo des, Harry!- gritó Neville. Nevaeh respiró pesadamente cuando la varita fue presionada con dureza contra su garganta. Tuvo que evitar temblar de miedo.

Harry movió su mano hacia arriba y de mala gana le dio la profecía a Lucius Malfoy. Pero en un abrir y cerrar de ojos alguien apareció frente a ellos. Nevaeh tuvo que parpadear varias veces para darse cuenta de quién era. Su padre estaba al lado de Lucius.

-Aléjate de mi ahijado.

Los labios de Nevaeh se curvaron en una sonrisa y con un movimiento rápido apartó al mortífago de encima. Todos los miembros de la orden del fénix aparecieron dentro. Se disparaban hechizos y hechizos aturdidores. Nevaeh se agachó detrás de una roca, esquivando un hechizo impresionante por una pulgada. Respiró pesadamente y levantó su varita. Se levantó de un salto y se enfrentó a uno de los mortífagos.

-¡Stupefy!- gritó y el mortífago fue empujado en el aire y cayó al suelo a varios metros de distancia.

-¡Esa es mi hija!- Sirius gritó con orgullo y encontró su camino a su lado. No tuvieron tiempo de abrazarse, pero se sonrieron ampliamente el uno al otro.

-¡Expelliarmus!- gritó Harry y Lucius Malfoy estaba desarmado. Sirius sonrió orgulloso diciendo

-¡Bonito, James!

-¡Avada Kedavra!- un rayo de luz verde brotó de Bellatrix Lestrange con su varita. Viajó por el aire y golpeó a alguien en el pecho.

-¡Padre!- Nevaeh gritó, haciendo eco a través de la habitación. Su rostro perdió todo su color. Era como si alguien la apuñalara continuamente en el pecho. Vio cómo el cuerpo de su padre se quedaba sin vida y flotaba a través del arco. Un grito frío brotó de su garganta. Ella saltó hacia adelante, queriendo correr hacia el arco, pero alguien la sostuvo por su espalda. Alguien la abrazó.

Lloró continuamente, sollozos dolorosos vibrando a través de su cuerpo adolorido. Cayó de rodillas y golpeó el suelo con los puños. Podía sentir sus dedos rompiéndose con el movimiento, pero el dolor físico no era nada comparado con su corazón que estaba roto.

Una carcajada fría llamó su atención y supo exactamente quién era. Empujó a la persona que la retenía y descubrió que era Ron. Ella no lo miró a los ojos y se puso de pie de un salto. Salió corriendo de la habitación, sus manos sangraban mientras presionaba sus uñas en las palmas de sus manos. Apuntó su varita hacia adelante y corrió tras el monstruo que mató a su padre.

-¡Maté a Sirius Black!- Bellatrix se rió de una manera diabólica. La sangre de Nevaeh estaba hirviendo mientras apuntaba con su varita a la cabeza de la mujer.

-¡Crucio!_ gritó y Bellatrix cayó al suelo, gritando al sentir el dolor de la maldición atravesar su cuerpo como un fuego ardiente. Nevaeh observó a la mujer retorcerse de dolor y abrió la boca para pronunciar las palabras más temidas que existían.

-Avad-

-¡Nevaeh!- Harry gritó y empujó a Nevaeh al suelo. Nevaeh estaba a punto de protestar cuando vio una figura oscura que aparecía detrás de ellos. Era el mago más temido del mundo entero, el-que-no-debe-ser-nombrado.

-Voldemort ...- murmuró Nevaeh. Harry, que todavía parecía sorprendido por lo que podría haber sucedido si no hubiera detenido a Nevaeh, estaba pálido como una hoja de papel.

-Tan debil.- Dijo Voldemort casi en un susurro. Nevaeh se puso de pie de un salto y se paró junto a Harry, con sus varitas extendidas hacia adelante.

-Fue una tontería venir con ella esta noche, Tom.

Nevaeh miró por encima del hombro y vio al viejo mago saliendo del fuego verde.

-Los aurores están en camino.

-Para entonces me habré ido y tú estarás muerto.- Voldemort sonrió diabólicamente.

Dumbledore empujó a Nevaeh y a Harry al suelo antes de que la luz brotara de su varita y la de Voldemort. Nevaeh gimió y presionó sus manos rotas contra la pared de azulejos. Dejó huellas de manos ensangrentadas pero no prestó atención a su dolor. Sus ojos buscaron a Bellatrix mientras Voldemort y Dumbledore estaban en batalla. Se puso de pie a pesar de que Harry trató de detenerla.

Antes de que pudiera hacer algo, vio a Bellatrix salir por el portillo. Quería correr tras ella cuando volvió a caer al suelo y se golpeó la cabeza con dureza en el suelo. Su vista se volvió borrosa mientras parpadeaba rápidamente para intentar recuperar la conciencia.

Podía escuchar los vagos gritos de Harry y sintió que se alejaba más. Podía ver los ojos de su padre mientras parpadeaba a través de las lágrimas. Quería que todo fuera una pesadilla, como las pesadillas que siempre experimentaba. Quería despertar y todo estaría bien. Quería que su padre la abrazara en sus brazos una vez más. Ella necesitaba que él estuviera vivo. Apenas había pasado por el dolor una vez, pensó que no podía volver a hacerlo.

Lentamente se rindió a la negra oscuridad. Sus ojos pesados ​​se cerraron, adormeciendo el dolor que estaba rugiendo a través de su cuerpo como un fuego extremadamente doloroso. Era como si su padre le cubriera los ojos y la abrazara con fuerza para adormecer el dolor. A pesar de que era solo una imaginación, era todo lo que tenía para aferrarse. Porque en el fondo ella sabía que él no regresaría. Sus padres se habían ido y todo lo que tenía ahora eran los recuerdos y los grandes agujeros en su corazón, un dolor que posiblemente nunca desaparecería. Sirius Black se había ido y no regresaría.