Black -Ron Weasley ✓

10. Me desperté.

POV DE NEVAEH

Los días de invierno se volvían más oscuros y fríos.

Tal vez Malfoy había reconsiderado su asesinato porque las siguientes semanas fueron tranquilas. No entró ni una vez a la sala de requisitos y eso me hizo sospechar. Sentí que no estaba prestando suficiente atención, tal vez fue la falta de sueño. La revelación del secreto más profundo de Malfoy me mantuvo despierta por la noche, aparte de las otras cosas que ya me habían impedido dormir bien.

Las clases no eran tan interesantes como antes. No podía prestar atención como solía hacerlo. Me atrasé en el estudio. Incluso los fantasmas comenzaban a preocuparse. Solían ser una de las pocas 'personas' con las que hablaba y ahora ni siquiera hice eso. Me sentí desapegado de la realidad, no estaba tan alerta como antes, no estaba tan concentrada.

Todos en el castillo estaban entusiasmados por el próximo partido de quidditch entre Gryffindor y Slytherin. Me prometí a mí misma intentar aprovechar al máximo el fin de semana, tal vez incluso disfrutaría del partido de quidditch. Saqué a Malfoy de mi mente por un tiempo y le di algo de paz.

Con una gran chaqueta de invierno, guantes y una bufanda, encontré un buen lugar para ver el partido de quidditch. Estaba rodeado de todos los alegres estudiantes de Gryffindor, algunos terriblemente sorprendidos al ver mi rostro. No me sorprendió, la mayoría de las veces estaba esperando que Draco apareciera en uno de los pasillos vacíos, así que ya casi no interactuaba con ningún Gryffindors.

-Nev, me sorprende verte aquí.- Dijo Hermione, sus rizos esponjosos casi completamente escondidos debajo de un gorro. Sus mejillas estaban rojas por el aire frío que tocaba su piel. Hermione parecía tan diferente al año pasado.

-Decidí que era la oportunidad perfecta para tomar un poco de aire fresco.- Respondí, usando mi sonrisa no tan real. A veces, la gente realmente lo compraba, pero sabía que las personas que me conocían mejor podían ver más allá.

-Me alegra que estes aqui.- dijo y metió las manos en los bolsillos. Nos sentamos una al lado de la otra en silencio durante la mayor parte del juego. De vez en cuando compartíamos una mirada cuando Gryffindor anotaba.

Ver a Ron y Harry jugar fue divertido, me hizo olvidar todo lo que me mantenía despierta por la noche. Ron había mejorado mucho, sabía exactamente qué hacer y sirvió bien a su equipo.

Echaba de menos jugar, sintiéndome ingrávida en mi escoba. Solía ​​jugar todo el tiempo, pero todo cambió cuando murió mi mamá. Recordé lo mucho que nos divertíamos Viktor y yo. Solíamos jugar durante tanto tiempo que cuando llegamos a casa ya era tan tarde que estaba completamente oscuro afuera. A mamá no le gustó mucho, pero eso no nos impidió volver a hacerlo.

Todos los Gryffindor se emocionaron cuando Gryffindor ganó. Todos aplaudieron y vitorearon al equipo, habían jugado muy bien. Ron se veía feliz, muy feliz. Estaba feliz por él, merecía ser feliz. Me fui rápidamente después del juego, no quería que Ron me viera, no quería arruinar su buen humor.

Aparentemente habían planeado una fiesta posterior al juego en la sala común de Gryffindor porque cuando abrí mi diario para escribir algunos pensamientos, de repente pude escuchar mucha conmoción proveniente de la planta baja. Decidí echar un vistazo por mí misma, sin importarme si alguien me veía vestida con sudaderas negras y una blusa negra lisa.

Fred y George fueron el centro de atención como siempre, pero esta vez no fueron los únicos. Ron estaba siendo felicitado por todos, mucha gente quería tener una charla sobre el juego con él, todos orgullosos de los jugadores de quidditch de Gryffindor.

Observé desde la esquina de la habitación. No estar a su lado fue más difícil que nunca. Me dio algo de paz saber que estaba sonriendo más que nunca. Su cabello estaba desordenado por jugar quidditch pero se veía increíble en él. Sus ojos marrones brillaban, llenos de alegría.

Lo extrañaba más que nunca. Quería tanto estar cerca de él, lo necesitaba. No podía ser egoísta, pero me tomó todo dentro de mí no correr hacia él, saltar a sus brazos y olvidarme de todo. Quería que me abrazara, que me apretara con fuerza y ​​me dijera que todo iba a estar bien porque él era el mejor para calmarme.

Quizás no tuve que hacer todo sola. Quizás podríamos luchar juntos contra los monstruos. Al final, de eso se trata el amor, luchar el uno por el otro, protegerse a toda costa y, lo más importante, nunca darse por vencido. Como mi padre, cómo no se rindió cuando mi madre no quería tener una cita con él. No lo dejó así, luchó por ella y al final ella pudo ver lo especial que era.

Respiré profundamente y caminé hacia adelante. Mis ojos se encontraron con los suyos, me sacudió para despertarme por dentro.

Pero fue demasiado tarde.