La única salida es amar al villano

Capítulo 54 Discusión.

— ...

Raven no pudo evitar querer mirar hacia afuera. Se levantó del sillón y camino hacia los ventanales cubiertos por gruesas y suaves cortinas bordadas. Estiro una de sus manos y corrió la pesada tela que entorpecía su vista hacia el jardín.

Afuera, la vista era desoladora. El paisaje parecía cubierto por una suave niebla mientras las incesantes gotas de lluvia caían sin piedad.

'Rumble'

Un fuerte trueno hizo temblar el ambiente mientras unos segundos después la luz enceguecedora de un relámpago se vio a lo lejos.

— La tormenta está empeorando...

{Si continúa de esta forma, será difícil para nosotros volver.}

— En el peor de los casos, tendremos que quedarnos aquí hasta que el tiempo mejore.

'Toc-toc'

Raven despego su cabeza de la ventana y volteo en dirección a la puerta. Unos segundos después, el sonido volvió a repetirse, parecía más salvaje esta vez, como si le urgiera ingresar a la habitación.

El niño volvió a su asiento y se cubrió con la manta.

— Adelante.

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Su estado anímico empeoró con el paso del tiempo. Había enviado un par de cartas a la niña, pero por alguna razón ella lo ignoro por completo.

Su paciencia estaba siendo empujada al máximo y se encontraba muy sensible a todo.

Hace unos días, tuvo una conversación con su padre, quien le comunico su decisión de aprobar la sucesión del niño cuervo al puesto que estaba solicitando. La noticia no le agrado.

"¿Por qué darle más poder a ese mocoso?"

El pensamiento mezquino rodaba frecuentemente por su cabeza poniéndolo cada vez más ansioso-

"¿Por qué parecen tan cercanos?"

En algún momento se le ocurrió la idea de contactar con Thomas para solicitar su apoyo y alejar a los niños, pero el chico también lo ignoró.

Caster, quien tenía la vista perdida, suavizó su expresión por un momento. Sus ojos claros parecieron libres de pensamientos tormentosos mientras recorría sus labios con sus dedos suaves.

— Thomas...

El movimiento se detuvo y sacudió su cabeza con fuerza, despejando su cerebro de pensamientos inútiles. Su entrecejo volvió a arrugarse mientras golpeaba la mesa de su escritorio con una de sus manos.

El joven no se había dado cuenta aun, pero los momentos lucidos en donde su corazón volvía al lugar al que pertenecía se volvían menos frecuentes mientras más días pasaban.