Capítulo 18 Recuerdos Amargos.

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Después de que Charlotte y su madre abandonaran su habitación, Raven se quedó a oscuras, sin poder dormir.


— De cierta forma, es genial estar de vuelta en este momento. No sé qué ocurrió, pero estoy agradecido de que mi "yo" de 8 años haya logrado quedarse a su lado... Eso facilita las cosas.


{Suena a que ya tienes un plan.}


— Necesito más poder... las cosas mejorarán, ya que no es necesario entrenar la magia, solo mi cuerpo.


{Debes resolver eso.}


— Lo haré... pero antes... quiero pasar tiempo con mi familia...


{Será bueno ver a tu hermano actuando normal y no como un tirano perfeccionista.}


— Puajajajaja... lo hizo lo mejor que pudo... no seas duro con él.


{Debe haber sido difícil estar en la academia todo el tiempo mientras tú agonizabas...}


— Jamás quise poner esa carga sobre sus hombros... él estaba obsesionado con la idea de encontrar una cura para la fuga de mana... solamente deseaba verlo feliz... pero al final... solo conseguí que se sacrificara por mí...


El niño cubrió sus ojos con su antebrazo mientras su voz se volvía cada vez más silenciosa.

Los sonidos de la noche llenaron el ambiente y él se hizo más consciente de ellos. La fuerte lluvia y el olor a tierra mojada que se filtraba desde afuera, el viento rugiendo mientras azotaba los vidrios de su ventana.

Los recuerdos se acumularon mientras más pensaba en su hermano.

Había asistido a la academia después de recibir su espíritu, un poco después de su cumpleaños número nueve. Él estaba tan satisfecho cuando pudo firmar el contrato con un espíritu hada. Su magia era hermosa y el pequeño no perdía oportunidad para usarla.

Al contrario del poder del Cuervo, que era oscuro y tenebroso, Liam había conseguido un hada de luz. Únicamente tenía poderes curativos y cada vez que los utilizaba, invocaba un conjunto de pequeñas figuritas aladas que se ocupaban de curar las heridas de quien lo necesitara.

Recordó lo impresionado que estaba con la facilidad con que su hermano empleaba el poder curativo cuando jugueteaba mostrando sus poderes, era natural para él.

Los sirvientes lo apodaron: "El niño de las hadas" y Liam reía encantado cada vez que lo llamaban así.

Él se quedaba mirándolo durante horas mientras jugaba con las lucesitas y riendo por doquier. Lo hacía feliz ver a su hermano sonriendo alegremente.

Las cosas cambiaron después del accidente de sus padres.

Raven había recibido el aviso en su último mes de clases. Se suponía que los Duques irían a recoger a los niños que tenían potencial mágico en los terrenos del ducado.

La única salida es amar al villanoWhere stories live. Discover now