Capítulo 35 Destino (1).

294 50 6
                                    



— No puedo creer que haya pasado tanto tiempo... Uaah!...


Raven bostezó mientras se levantaba de la silla.

Después de tres horas, pudo despegarse al fin del libro que estaba leyendo.

{Es increíble que te comportes así después de haber pasado la prueba de etiqueta con un puntaje tan alto.}


— Si nadie me ve no importa... Por supuesto, tú no cuentas.


Le respondió a Tooki mientras se acercaba a la ventana de la biblioteca, en el segundo piso, para espiar a su hermano de nueve años que jugaba en el jardín.

Casi dos años habían pasado desde que aprobó las pruebas de la academia. El antiguo director había sido ejecutado por traición y sus cómplices fueron exiliados después de que se comprobara la confabulación para hacer que él perdiera las pruebas, sin importar si ponían en riesgo su vida.

{¿Estás listo?}


— He probado esta cosa una docena de veces...


Dijo mientras apretaba sus manos alrededor del cristal en su cuello.


— Sería más sencillo si pudieras hacer un escudo...


{No tengo esa clase de protección... Puedes invocar los que están en mi espacio, pero solo te protegerán a ti.}


— Lo sé...


Raven recordó los últimos meses.

Había comenzado a impacientarse debido a que se acercaba la fecha en que sus padres habían fallecido producto de aquel accidente y gastó su tiempo en hacer  un plan para poder salvarlos.

Consiguió unos cuantos cristales mágicos que invocaban un escudo de alta calidad, preparándose así para acompañar a sus padres en el viaje.

Les suplicó durante semanas que le permitieran ir con ellos a buscar a los magos que obtendrían un espíritu ese año, pero estos se negaron debido a que su hermano no quería quedarse solo.

Insistió tanto que a sus progenitores no les quedó de otra que dejarlo ir con ellos siempre y cuando el niño convenciera a Liam de quedarse en casa durante un mes y entonces pasó los últimos días tratando de engatusar a  su hermano para que aceptara no acompañarlos, claramente, sin éxito.

{¿También lo intentarás hoy?}

Su mirada se endureció cuando vio al niño resbalar en el pasto y usar a su espíritu para curar sus rodillas lastimadas.


— No tengo más opción...


Dio media vuelta y caminó directamente al jardín, acompañado por Olivier,  donde su hermano permanecía jugando tranquilamente.

Escuchó su risa contagiosa desde los pasillos del castillo y cuando atravesó la puerta que daba al exterior, pudo distinguir el cuerpo del pequeño muchacho de nueve años que era custodiado por dos guardias y algunas doncellas.

La única salida es amar al villanoOnde histórias criam vida. Descubra agora