Capítulo 42 Reencuentro (3).

349 52 14
                                    



Max se había marchado hace solo una hora.

Raven lo observó jugar con su hermanito después de la cena, en el salón principal, hasta que el niño comenzó a cabecear. Entonces insistió en llevarlo a su habitación y acostarlo en su cama.

Después de que el hombre se aseguró de que el pequeño se encontrara durmiendo, dejó silenciosamente el cuarto y volvió a la sala donde estaban anteriormente.

Raven se había quedado sentado sobre el sillón que solía usar su padre, después de girar el mueble hacia una de las grandes ventanas y apagar las luces, así que no se dio cuenta cuando su Tío entró a la habitación, hasta que escuchó su voz ronca.


— Tus hijos son fantásticos... Desearía que me hubieras permitido conocerlos antes... y a tu esposa...


Dio un salto cuando la voz rompió el silencio a su alrededor.

Se acomodó en el sillón para poder ver a quien pertenecía.

Espió a su Tío por una de las esquinas del mueble mientras el hombre permaneció de pie frente a la chimenea. Observaba con detención el cuadro familiar que habían pintado hace un año y que se había colgado sobre esta.

Raven no quiso interrumpir los pensamientos de Max, así que volvió a la posición que tenía originalmente mientras luchaba por no hacer ruidos.


— Te extraño... Cuando llegó la respuesta que tanto habíamos deseado al marquesado, creo que fue uno de los momentos más felices que he tenido en mi vida... pero no eras tú quien escribía.


El niño escuchaba cada palabra atentamente.

La voz de Max parecía más grave que antes. Sus palabras salían un poco entrecortadas, como si su garganta se hubiera secado por muchos años.


— Hermano... Cuidaré de tus hijos tanto como pueda, así que cuando nos encontremos de nuevo, por favor déjame abrazarte una vez más...


Las palabras fueron interrumpidas por Derak, quien le informó al hombre que su carruaje ya estaba listo.

Raven los escuchó marcharse de la habitación y solo una vez que ya no pudo oír ningún sonido salió de esta.

Subió las largas escaleras hasta llegar a su cuarto, pensando en lo que su Tío había dicho, hasta que se detuvo en medio del pasillo.

Había luz saliendo desde su habitación.

Se acercó con cuidado y cuando estuvo cerca de la puerta, pudo distinguir la sombra de alguien que se paseaba por todas partes.

Estiró la mano hasta la cerradura para abrirla, pero se detuvo cuando esta fue empujada de improvisto, mostrándole la figura pequeña de su hermanito.


— ¡Raven!


El niño dejó caer la almohada que sujetaba con una de sus manos y lo abrazó al instante.


— ¿Dónde estabas?

— Despidiendo a Max...


"No es una mentira del todo."


— ¿Qué haces aquí? Creí que ya dormías.

La única salida es amar al villanoWhere stories live. Discover now