Capítulo 4 El espíritu.

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Charlotte se despertó a medio día después de que el bello sonido de un piano llegara a su habitación. Su padre la había dejado dormir un poco más gracias a los consejos del Duque Green.

La bella melodía del piano pareció atravesar las paredes, llamándola. Tiró de la cuerda en su habitación y tres sirvientas aparecieron para asistirla.

Tomó un baño caliente y se puso un hermoso vestido blanco con mangas abultadas y adornos de rosas.

Se sentó en el tocador mientras sus sirvientas trenzaban su largo cabello rosado claro y se tocaba otra melodía en la sala.

No quiso desayunar, prefirió esperar al almuerzo para comer con su padre y los demás invitados.

Las sirvientas la escoltaron hasta el salón de donde provenía la música.

Lottie se paró frente a la gran puerta de roble y cerró los ojos suavemente.

Mientras se abría la puerta, podía ver la escena aun con sus ojos cerrados. Ella conocía bien la música que llegaba a sus oídos. Raven solía tocarla cuando estaba de buen humor.

El hermoso sonido se detuvo cuando las puertas terminaron de abrirse.

Cuando sus parpados se separaron, notó la mirada penetrante del niño de ojos rojos sentado al piano, viendo directamente en su dirección.

Raven tenía las cejas fruncidas, como si su presencia en la habitación no fuera bienvenida.


¡Hermana!


Lottie escuchó un par de pies corriendo por el salón.

Liam se apresuró a envolver sus brazos en su cintura mientras frotaba su pequeño rostro en su vestido blanco.

Charlotte se sorprendió un poco por el gesto amoroso del niño. Interrumpió la silenciosa guerra de miradas que sostenía con Raven para mirar al niño que seguía aferrado a ella.

"Parece un gatito lindo."

El niño la miro con sus enormes ojos violeta y su cabello desordenado mientras una enorme sonrisa se dibujaba en su rostro. Podía sentir que el cariño que este niño sentía por ella era verdadero. Por otro lado, el chico de ojos rojos, se había levantado del banco del piano y caminaba hacia ella con una cara llena de disgusto.

Solo unos segundos bastaron para que ambos quedaran frente a frente.

El chico de ojos rojos, que era un poco más bajo que ella, metió una mano en su bolsillo, sacó una pequeña piedra morada y se la ofreció.


— La encontré esta mañana... Yo... De verdad lamento lo que ocurrió.


El rubor de Raven llegaba hasta su cuello mientras la miraba con ojos llorosos.

Liam miraba de un lado a otro, observando sus rostros con una sonrisa traviesa dibujada en la cara.

En un rincón de la sala, estaban sentados sus padres, quienes murmuraban emocionados mientras observaban la escena.


Gracias...


Lottie recibió la piedra sintiéndose extraña. Era un pequeño trozo de cuarzo amatista el que rodaba por sus dedos. Era de un suave color morado con pigmentos blancos y transparentes. Un regalo un poco vulgar y barato para un noble pero cargado de los deseos del chico.

La única salida es amar al villanoOn viuen les histories. Descobreix ara